La comunidad estudiantil de la carrera de Psicología de la Universidad Católica (UC) de Temuco, en la región de La Araucanía, se encuentra en un estado de efervescencia. Desde la semana pasada, los estudiantes han iniciado un paro y una toma de los espacios de la carrera, exigiendo la desvinculación de un docente acusado de acoso.
Según testimonios anónimos de los propios estudiantes, se han detectado más de 20 casos de diverso tipo de acoso por parte de este profesor. En un petitorio entregado a la dirección de la carrera, los estudiantes han solicitado de manera explícita la desvinculación del docente señalado. Sin embargo, la universidad habría ofrecido únicamente la posibilidad de que las clases con este profesor se impartan de manera telemática, una solución que los estudiantes consideran insuficiente.
Más allá del Acoso: Otras Demandas Estudiantiles
Pero el problema no se limita solo al acoso docente. Los estudiantes también denuncian que la universidad no les ha permitido justificar inasistencias a clases por motivos de atención médica o salud mental durante este segundo semestre.
En un comunicado, la UC de Temuco ha informado que ha aplicado los protocolos y procedimientos vigentes en materia de género y convivencia universitaria, asegurando procesos seguros, confidenciales y con enfoque de derechos. Además, han reiterado su compromiso con el respeto, la equidad de género y la construcción de una comunidad universitaria libre de violencia.
Una Lucha por la Justicia y el Cambio
Sin embargo, para los estudiantes, estas medidas no son suficientes. Su movilización, que ha ido radicalizándose con el paso de los días, es una clara muestra de su determinación por lograr cambios reales y tangibles en la universidad.
La lucha de los estudiantes de Psicología de la UC Temuco va más allá de un caso aislado de acoso. Es una batalla por construir una comunidad universitaria más segura, equitativa y respetuosa, donde los derechos de todos los miembros sean verdaderamente protegidos.
A medida que el paro y la toma continúan, es evidente que los estudiantes no se detendrán hasta que sus demandas sean atendidas y se haga justicia. Esta movilización es un llamado a la acción, no solo para la universidad, sino para toda la sociedad, a fin de abordar de manera integral los problemas de acoso y violencia en los espacios educativos.