La madrugada del 1 de noviembre, en plena celebración de Halloween, una tragedia sacudió a la ciudad de Concepción. Sebastián Valdebenito Díaz, un joven de 19 años, fue asesinado a tiros en el frontis de una discoteca clandestina donde se llevaba a cabo un evento.
Las cámaras de seguridad captaron el momento exacto del crimen, imágenes que resultaron cruciales para la detención del presunto autor, Jonathan Bórquez Torres, de 40 años. Según los registros, el sospechoso llegó al lugar alrededor de las 5 de la mañana y, sin mediar palabra, abrió fuego contra la multitud que se encontraba en el local.
Una década de problemas y violencia
Este no es el primer incidente violento que se registra en este establecimiento ilegal, conocido como un «after» o discoteca clandestina. De hecho, el local ha sido clausurado en múltiples ocasiones desde 2010, pero siempre ha logrado reabrir sus puertas, convirtiéndose en un dolor de cabeza constante para las autoridades y los vecinos de la zona.
Según el administrador municipal de Concepción, Boris Negrete, el local no cuenta con la patente de alcoholes necesaria para operar, y los dueños de la propiedad, la inmobiliaria ORECAL Limitada, se han negado a cooperar con las investigaciones.
Llamado a la acción
Este trágico suceso pone de manifiesto la urgente necesidad de que las autoridades tomen medidas más contundentes para cerrar definitivamente este foco de violencia y delincuencia. Los vecinos han sufrido durante años las consecuencias de la existencia de este local clandestino, y ahora una familia llora la pérdida de un joven inocente.
Es momento de que se priorice la seguridad y el bienestar de la comunidad por sobre los intereses particulares. Solo así podremos evitar que más vidas se pierdan en este tipo de establecimientos ilegales.
