El pasado 19 de octubre, el estadio Sausalito fue testigo de un lamentable episodio durante el partido entre Everton y Universidad Católica. Hinchas del equipo local invadieron el campo de juego, interrumpiendo el desarrollo del encuentro y provocando una serie de incidentes que terminaron con consecuencias severas para el club viñamarino.
Casi tres semanas después, la ANFP (Asociación Nacional de Fútbol Profesional) tomó una decisión ejemplar. La Primera Sala del Tribunal de Disciplina decretó que Everton deberá jugar tres partidos de local a puertas cerradas. Esta medida, que se cumplirá al final de la temporada actual y el comienzo de la próxima, será un duro golpe para el equipo de la Ciudad Jardín, tanto en lo deportivo como en lo anímico.
Un Castigo que Complica la Lucha por la Permanencia
Para un equipo que se encuentra inmerso en una lucha por evitar el descenso a la Primera B, perder el apoyo de su hinchada en casa será una desventaja significativa. Everton se ubica en el decimotercer lugar de la tabla, con solo dos puntos por encima del primer equipo en zona de descenso (Unión Española).
De las últimas cuatro fechas que restan de la Liga de Primera, Everton solo tiene un partido de local, contra el colista Deportes Iquique, lo que significa que la mayor parte de su castigo deberá cumplirse en 2026.
Afectación a los Hinchas Responsables
Además de la sanción al club, la decisión de la ANFP también afecta a los fanáticos que fueron responsables de la invasión. Los 1.173 hinchas que se encontraban en la Galería Cerro del Sausalito, donde se originaron los incidentes, tampoco podrán asistir a los dos próximos partidos en los que Everton juegue como visitante.
Un Golpe Duro en Momentos Cruciales
Esta severa sanción llega en un momento crítico para los dirigidos por Francisco Meneghini. Con la lucha por la permanencia en la máxima categoría del fútbol chileno como prioridad, perder el apoyo de su público en casa será una desventaja significativa que complicará aún más sus aspiraciones de evitar el descenso.
El futuro de Everton en la Primera División se ha vuelto aún más incierto, y el equipo deberá encontrar la manera de sobreponerse a este duro golpe si quiere mantener su lugar en la élite del fútbol nacional.
