El cometa interestelar 3I/ATLAS ha vuelto a sorprender a los astrónomos con su comportamiento fuera de lo común. Mientras se acercaba al Sol, este objeto mostró un inusual y rápido brillo, con un tono azulado que contrasta con el reflejo dorado típico de los cometas.
Según los cálculos de los investigadores Qicheng Zhang y Karl Battams, el brillo del cometa aumentó a una velocidad aproximadamente el doble de lo habitual en los cometas de la nube de Oort a una distancia similar. Este aumento de brillo tan drástico sugiere que algo extraordinario está ocurriendo en la superficie de 3I/ATLAS.
Una Composición Química Única
Las observaciones realizadas con satélites solares como STEREO-A, SOHO y GOES-19 revelaron que el color azulado del cometa se debe a la emisión de gases, en lugar de la mera dispersión de la luz solar por el polvo, como suele ocurrir en los cometas típicos.
Esto indica que 3I/ATLAS tiene una composición química única, probablemente con la liberación de moléculas como el cianógeno o el amoníaco, responsables de esa tonalidad más fría y luminosa. En observaciones anteriores, el polvo del cometa mostraba un tono rojizo, lo que sugiere que su superficie está experimentando cambios significativos.
Cicatrices de Rayos Cósmicos
Más allá de su inusual comportamiento luminoso, 3I/ATLAS oculta cicatrices invisibles. Un estudio reciente, basado en observaciones del telescopio espacial James Webb, sugiere que el cometa ha acumulado tal cantidad de radiación interestelar durante su largo viaje a través de la galaxia que su capa exterior se ha transformado químicamente hasta una profundidad de entre 15 y 20 metros.
Según los expertos, los rayos cósmicos habrían convertido el monóxido de carbono de su superficie en dióxido de carbono, alterando significativamente su composición original. Esto representa un «cambio de paradigma» en el estudio de objetos interestelares, ya que el cometa ya no mostraría el material prístino de su sistema estelar de origen.
Revelando Secretos del Cosmos
A medida que 3I/ATLAS emerge de detrás del Sol, los observatorios terrestres y espaciales tendrán la oportunidad de estudiarlo en detalle durante los próximos meses. Estos datos podrían revelar si la erosión solar ha dejado al descubierto material original del núcleo del cometa, lo que permitiría entender mejor de qué están hechos estos viajeros cósmicos y, con ello, inferir las condiciones de los sistemas estelares de los que provienen.
Sin duda, este fascinante visitante de otro sistema solar seguirá desafiando las expectativas y ofreciendo pistas valiosas sobre la formación de los sistemas estelares y la diversidad química del cosmos.