La conurbación de Cartagena-San Antonio, conformada por cuatro municipios del litoral central de Chile, es una ciudad de aproximadamente 150 mil habitantes que ha sido olvidada y relegada durante décadas. Mientras que el puerto de San Antonio se ha convertido en el de mayor tonelaje del país, la ciudad de Cartagena, antaño un próspero balneario, ha caído en un estado de precarización progresiva.
Conscientes de esta adversidad, un grupo de profesionales del Comité de Hábitat y Vivienda del Colegio de Arquitectos de Chile decidió acompañar un proceso de encuentro entre organizaciones ambientales, culturales y patrimoniales de Cartagena y San Antonio. El objetivo: dar voz a los habitantes y presentar propuestas concretas para (re)generar esta ciudad olvidada, aprovechando la oportunidad de la Bienal de Arquitectura 2025.
Expresando el «No Habitar» a Través del Arte
Tras seis meses de trabajo colectivo, el grupo de organizaciones locales, entre las que se encuentran Cartagena Rural, Cartografía Mágica, Casa Ortiga y Ojos de Mar, lograron plasmar sus ideas en siete láminas de gran formato. En ellas, expresan cómo «el no habitar, como una herida socio-territorial, deviene resistencia, el arte y la fuerza colectiva unirán nuestros fragmentos para crear ciudad», denunciando la situación actual y proponiendo 77 soluciones innovadoras.
Buscando el Equilibrio entre Puerto y Ciudad
La pregunta clave que ilumina la presencia de estos habitantes en la Bienal de Arquitectura es precisamente la relación entre la ciudad de Cartagena-San Antonio y su puerto. Mientras que existe una política portuaria consolidada que define horizontes de desarrollo, la ciudad carece de herramientas y perspectivas para definir su propio futuro, quedando a merced de decisiones poco relacionadas con la ciudadanía local.
Expertos como Mónica Bustos, Vicente Burgos, Luis Eduardo Bresciani y Francisco Sabatini debatieron sobre cómo enfrentar esta brecha y lograr un equilibrio entre las necesidades del puerto y las de la ciudad. La clave está en abrir espacios de diálogo y negociación entre las organizaciones ciudadanas, el Estado, la empresa portuaria y la institucionalidad urbana, para convertir la percepción de amenaza en oportunidades de desarrollo sostenible e inclusivo.
Una Arpillera Colectiva para Proponer Otra Ciudad
Como broche de oro a esta experiencia, las mujeres de las organizaciones locales crearon una gran arpillera, rescatando una expresión artística tradicional para una creación colectiva que combina solidaridad, denuncia, memoria y sanación grupal. Esta arpillera representa una propuesta concreta para imaginar y construir otra forma de ciudad, más justa y sostenible, para todas y todos los habitantes de Cartagena-San Antonio.
La iniciativa del Comité de Hábitat y Vivienda del Colegio de Arquitectos de Chile ha sido un atrevimiento para facilitar un espacio de creatividad colectiva entre organizaciones fragmentadas en un territorio herido. Ahora, estas propuestas ciudadanas llegarán a la XXIII Bienal de Arquitectura y Urbanismo de Chile, con la esperanza de inspirar un cambio real en la forma de abordar el desarrollo de esta conurbación olvidada.
