Una joven de 22 años, Taylor Cadle, ha demandado al departamento del sheriff del condado de Polk (Florida, Estados Unidos) por obligarla injustamente a disculparse con su violador. La demanda alega que las autoridades, encabezadas por el sheriff Grady Judd y la detective Melissa Turnage, no creyeron el testimonio de Taylor sobre los abusos sexuales que sufrió a manos de su padre adoptivo, Henry Cadle, desde los 9 hasta los 13 años.
Pruebas del brutal abuso
Según la denuncia, Taylor fue adoptada por Henry y Lisa Cadle después de haber estado en hogares de acogida. Ella confesó que mantuvo el abuso en secreto durante años por miedo a ser devuelta al sistema de acogida. Sin embargo, cuando finalmente denunció los hechos a una persona cercana a la iglesia, la investigación comenzó.
Durante la investigación, la joven tuvo que detallar los perturbadores y explícitos abusos que sufrió, pero la detective Turnage le dejó claro que «no le creía». A pesar de la insistencia de Taylor, la investigación concluyó que no había pruebas suficientes para acusar a Henry de abuso.
Obligada a disculparse con su violador
Tras este dictamen, Taylor reveló que su madre adoptiva la «aconsejó» declararse culpable de proporcionar información falsa a las autoridades. Como resultado, fue puesta en libertad condicional y obligada a escribir cartas de disculpa a su abusador y a un «agente». En estas cartas, Taylor expresó su arrepentimiento y aceptó las consecuencias de sus «acciones».
Justicia a la vista
Afortunadamente, Taylor logró grabar en secreto evidencia de los abusos de su padre adoptivo en su camioneta. Con estas pruebas, Henry Cadle fue arrestado y acusado de dos cargos de agresión sexual, siendo sentenciado a 17 años de prisión en 2019. Además, en 2017 la Fiscalía del Condado de Polk retiró todos los cargos contra Taylor, reconociendo que había dicho la verdad en su denuncia.
Ahora, Taylor Cadle está demandando a las autoridades que la obligaron a disculparse con su violador, buscando justicia por el trauma que sufrió. Su caso es un recordatorio de la importancia de creer y apoyar a las víctimas de abuso, y de asegurar que los procesos legales protejan a los sobrevivientes, en lugar de revictimizarlos.
