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miércoles, octubre 29, 2025

Acoso y Hostigamiento Laboral Denunciado en Cesfam de Copiapó: Impacto Devastador en Salud Mental de Trabajadores

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Una alarmante denuncia de acoso laboral y maltrato institucional ha sacudido al Cesfam Santa Elvira, ubicado en la comuna de Copiapó, región de Atacama. Según testimonios de los propios trabajadores, el ambiente de trabajo se ha vuelto insostenible, con prácticas abusivas y un clima hostil que ha impactado severamente en su salud mental.

El caso más emblemático es el de Nicolás Coria Labarca, un dentista que trabajó en el Cesfam hasta julio de 2025. Coria Labarca relata un proceso sistemático de hostigamiento que comenzó poco después de su llegada, en julio de 2023, cuando denunció el mal estado sanitario de su box dental. «Había un olor permanente a alcantarillado que afectaba tanto a mí como a los pacientes. Era insoportable atender así», explicó.

Exclusión, Cuestionamiento y Acoso

Tras la denuncia formal a la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS), que finalmente corrigió la situación, Coria Labarca asegura que el trato hacia él cambió drásticamente. «Desde ese momento sentí miedo. Pensé que iban a empezar a acosarme, y fue lo que pasó», afirmó.

Según su testimonio, su jefa comenzó a excluirlo de actividades comunitarias y a cuestionar reiteradamente su desempeño. En enero de 2024 recibió una carta de recursos humanos que lo ponía «a prueba» por supuestas deficiencias en sus fichas clínicas, pese a tener todos sus registros al día y haber sido previamente felicitado.

«Siempre que me defendía, no respondían. Los correos eran solo para dejarme mal», relató Coria Labarca. También acusó que en reuniones ampliadas se hablaba mal de funcionarios presentes y ausentes, generando un clima laboral hostil y divisivo.

Impacto Devastador en la Salud Mental

El acoso impactó gravemente la salud mental de Nicolás Coria Labarca. «Llegué a pensar que yo era el problema, que tenía un trastorno, incluso pensé en suicidarme«, confesó.

La ACHS determinó que su cuadro era consecuencia directa del acoso laboral, por lo que inició un tratamiento psiquiátrico y psicológico. Sin embargo, mientras se encontraba con licencia médica, habría sido desvinculado el 31 de julio de 2025 sin haber sido notificado formalmente.

«Me enteré un mes después, cuando no me llegó el sueldo. Fue un golpe muy duro», señaló Coria Labarca. Hoy, luego de tres meses de tratamiento, dice sentirse más estable. «Recién ahora me siento un poco más feliz, porque encontré otro trabajo y porque la ACHS reconoció que mi jefa actuó de manera errática. Ya no me siento loco», puntualizó.

Un Patrón Preocupante

Lamentablemente, el relato de Nicolás Coria Labarca no sería un caso aislado. Otros funcionarios del Cesfam Santa Elvira han compartido experiencias similares de acoso, marginación y hostigamiento sistemático.

Miguel Acuña Velázquez, psicólogo, afirmó: «Viví el mismo tipo de maltrato. La directora mantenía un trato errático y agresivo, revisaba mis pacientes, me llamaba fuera del horario laboral. Fui testigo de cómo se burlaba de funcionarios con licencias médicas y hacía comentarios homofóbicos. Terminé con crisis de pánico».

Otra funcionaria, con más de 20 años en el establecimiento, dijo que «siempre existió un ambiente de miedo. Vi cómo colegas eran maltratadas o despedidas por motivos personales. Este año me tocó vivirlo directamente; después de poner límites a tareas que no me correspondían, comenzó a desacreditarme frente al equipo. Fui diagnosticada con enfermedad profesional por acoso laboral».

Johanna Ramírez, también funcionaria, relató una «violencia silenciosa y sostenida» tras manifestar desacuerdos con la gestión. «Me invisibilizaron, me dejaron fuera de reuniones y usaron información personal para desacreditarme. Fue un desgaste constante. Llevo casi veinte años aquí y nunca me había sentido tan desamparada», lamentó.

Investigación en Curso

Consultada por este medio, la Municipalidad de Copiapó confirmó que «actualmente se encuentra cursando una investigación sumaria a fin de esclarecer y determinar las eventuales responsabilidades», aunque no se entregaron más detalles del procedimiento.

Según lo informado por los propios trabajadores, «la directora actualmente continúa desempeñando las mismas funciones, a pesar de las denuncias existentes en su contra».

Este caso pone de manifiesto la urgente necesidad de abordar de manera efectiva los problemas de acoso y maltrato institucional que afectan a los funcionarios públicos, cuyo bienestar y salud mental deben ser una prioridad. Solo así podremos garantizar un servicio de calidad a la comunidad.

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