En un impactante giro de los acontecimientos, la reconocida organización Aldeas Infantiles SOS ha admitido que su fundador, Hermann Gmeiner, abusó sexualmente de al menos ocho niños entre las décadas de 1950 y 1980 en Austria. Este devastador descubrimiento ha sacudido los cimientos de la ONG, que ahora se enfrenta a un proceso de reparación y reinvención para garantizar la seguridad y el bienestar de los menores a su cargo.
Gmeiner, fallecido en 1986 a los 66 años, fue durante mucho tiempo considerado un filántropo y un héroe de la humanidad, con numerosas condecoraciones y homenajes en su honor. Sin embargo, la verdad ha salido a la luz, revelando que este fundador icónico cometió abusos sexuales y violencia física contra ocho niños varones menores de edad.
Un oscuro pasado que sale a la luz
Según el comunicado de Aldeas Infantiles SOS Austria, entre 2013 y 2023 los ocho afectados participaron en un proceso de protección de víctimas y recibieron una indemnización de 25.000 euros cada uno, además de apoyo terapéutico. Sin embargo, la organización no descarta la posibilidad de que haya más casos de abuso aún por descubrir.
Annemarie Schlack, directora ejecutiva de Aldeas Infantiles SOS Austria desde 2024, ha sido clara en su posicionamiento: «El esclarecimiento se aplica a todos, independientemente de su papel, función, méritos, período, influencia o valor simbólico. Nadie está por encima del principio de responsabilidad, ni siquiera las figuras fundadoras«. Esta declaración refleja el compromiso de la organización por enfrentar su oscuro pasado de frente.
Un reinicio completo para garantizar la protección
Ante esta situación, Aldeas Infantiles SOS ha anunciado un «reinicio completo» de la organización, con dos pilares fundamentales: revisar el pasado e impulsar un nuevo proceso para el futuro, este último acompañado por expertos externos.
Según el comunicado, «el objetivo es garantizar la responsabilidad, el control y la transparencia en todos los niveles de forma permanente y reestructurar ‘Aldeas Infantiles SOS’ como una moderna organización de protección infantil con estructuras y estándares contemporáneos». Esta determinación refleja la voluntad de la ONG por aprender de sus errores y reconstruirse sobre bases más sólidas.
Un legado cuestionado y un futuro incierto
El escándalo ha puesto en tela de juicio el legado de Hermann Gmeiner, quien hasta ahora era considerado un filántropo y héroe en su país. Ahora, su nombre y su obra se enfrentan a una sombra de duda y desconfianza que la organización deberá abordar con determinación y transparencia.
El camino por delante no será fácil, pero Aldeas Infantiles SOS ha demostrado su compromiso con la rendición de cuentas y la protección de los niños. Solo el tiempo dirá si la organización logrará reconstruir su reputación y convertirse en un referente de integridad y seguridad para los menores a su cargo.