Seis meses después del devastador atentado incendiario que destruyó 50 camiones y maquinaria en la Central Rucalhue, los contratistas afectados siguen luchando por obtener respuestas y apoyo. Este hecho, calificado como el de mayor magnitud en la Provincia de Bío Bío, ha dejado a los damnificados en una situación precaria, sin recibir la ayuda prometida por la empresa y el Estado.
Según Juan Pablo Rosales, el principal contratista afectado, han recibido escasa información sobre el avance de las investigaciones y nulo apoyo a pesar de los compromisos adquiridos. La Federación Centro Sur, gremio caminero, también ha criticado la lentitud de la justicia y la falta de asistencia por parte del Gobierno y la empresa hacia los contratistas.
Investigaciones en curso, pero sin avances concretos
Desde el punto de vista policial y judicial, las autoridades han informado que las investigaciones sobre el atentado siguen en curso, pero sin entregar mayores detalles sobre las diligencias realizadas en estos seis meses. La Fiscalía de Los Ángeles, a cargo del caso, ha mantenido un hermetismo absoluto sobre el estado de la investigación.
Impacto devastador para los contratistas
Para los contratistas afectados, la pérdida de 50 camiones y maquinaria ha sido devastadora. Muchos de ellos dependían de ese equipo para realizar sus trabajos y ahora se enfrentan a una situación económica precaria, sin haber recibido la ayuda prometida.
La Federación Centro Sur ha denunciado que la falta de apoyo por parte de la empresa y el Gobierno ha agravado aún más la situación de los contratistas, quienes se ven obligados a asumir solos las consecuencias de este violento atentado.
Llamado a la justicia y la solidaridad
Seis meses después, los afectados siguen a la espera de respuestas y de que se haga justicia. Mientras tanto, claman por mayor asistencia y solidaridad de parte de las autoridades y la empresa responsable, para poder reponerse de esta devastadora pérdida y retomar sus actividades.
El atentado en la Central Rucalhue ha dejado una huella profunda en la comunidad y en la industria del transporte de la región. Ahora, los contratistas afectados esperan que sus voces sean escuchadas y que se les brinde el apoyo necesario para superar esta difícil situación.
