Los astrónomos están cada vez más cerca de resolver uno de los mayores enigmas del cosmos: la existencia de la misteriosa materia oscura. Un nuevo estudio publicado en Physical Review Letters analiza un resplandor difuso de rayos gamma en el centro de la Vía Láctea, lo que podría ofrecer la prueba más sólida hasta ahora de su presencia.
Solo podemos observar alrededor del 5% del universo visible, mientras que el resto se compone de dos componentes invisibles: la materia oscura, que no emite ni refleja luz y constituye aproximadamente el 27%, y la energía oscura, que ocuparía el 68% restante. Algunos científicos afirman estar seguros de que la materia oscura existe debido a sus efectos gravitacionales a gran escala sobre galaxias y cúmulos, aunque su naturaleza sigue siendo un misterio.
Rayos Gamma en el Corazón de la Vía Láctea
El estudio señala que el Telescopio Espacial de Rayos Gamma Fermi detectó un exceso de radiación en una vasta región en el corazón de nuestra galaxia. Los investigadores proponen dos explicaciones principales: que el fenómeno provenga de colisiones de partículas de materia oscura o de una población densa de púlsares de milisegundo, estrellas de neutrones extremadamente rápidas que emiten grandes cantidades de radiación electromagnética.
Según el coautor Joseph Silk, de la Universidad Johns Hopkins, «los rayos gamma, y en concreto el exceso de luz que observamos en el centro de nuestra galaxia, podrían ser nuestra primera pista» sobre la existencia de la materia oscura.
El Papel Clave del Telescopio Cherenkov en Chile
Los investigadores creen que el Observatorio de Telescopios Cherenkov, actualmente en construcción en Chile, podría ayudar a resolver el misterio cuando entre en funcionamiento en 2026. Este futuro telescopio terrestre de rayos gamma más potente del mundo debería poder diferenciar entre las emisiones producidas por la materia oscura o por los púlsares.
Como explica el autor principal, Moorits Mihkel Muru, de la Universidad de Tartu, Estonia, «la materia oscura no emite ni bloquea la luz, solo podemos detectarla a través de sus efectos gravitacionales sobre la materia visible. A pesar de décadas de búsqueda, ningún experimento ha detectado directamente partículas de materia oscura».
Aunque no se trata de una prueba definitiva, los astrónomos reconocen que el Cherenkov podría ayudar a dilucidar si el resplandor de rayos gamma proviene de la materia oscura o de una población de púlsares de milisegundo. «Es posible que veamos los nuevos datos y confirmemos una teoría sobre otra. O tal vez no encontremos nada, en cuyo caso será un misterio aún mayor por resolver», concluye Silk.