Cortar cebolla es una de esas tareas cotidianas de la cocina que puede convertirse en un pequeño drama. Basta con el primer corte para que los ojos empiecen a picar y las lágrimas broten sin control. Pero, ¿por qué ocurre esto? La respuesta se encuentra en la química que se pone en marcha cuando cortamos una cebolla.
Según los expertos, al romper las células de la cebolla, se libera un gas llamado sulfóxido de tiopropanal, un compuesto de azufre que, al entrar en contacto con el agua de las lágrimas, forma un ácido que irrita la superficie ocular. Pero eso no es todo, un estudio reciente de la Universidad de Cornell (EE.UU.) reveló que también se liberan microgotas invisibles que flotan en el aire y agravan aún más la irritación.
Trucos Científicos para Cortar Cebolla sin Llorar
La buena noticia es que evitar las lágrimas no requiere trucos extraños, sino aplicar algunos principios básicos de esta reacción química. Con unas sencillas medidas, puedes reducir la liberación de compuestos irritantes y disfrutar del corte de cebolla sin sufrir las consecuencias.
1. Usa un Cuchillo Bien Afilado
Cuanto más limpio sea el corte, menos células se rompen y menos compuestos se liberan. Un cuchillo desafilado aumenta la presión interna y multiplica el número de microgotas expulsadas.
2. Corta Despacio y sin Golpear
Los movimientos bruscos y rápidos también aumentan la presión interna, lo que se traduce en una mayor liberación de partículas irritantes.
3. Enfría la Cebolla Antes de Cortarla
Guardar la cebolla en la nevera o durante unos minutos en el congelador ralentiza las reacciones químicas y reduce la volatilidad del gas.
4. Trabaja en un Lugar Ventilado
Abrir una ventana o situar la tabla cerca de la campana extractora ayuda a dispersar las partículas antes de que lleguen a tus ojos.
Así que no necesitas gafas, agua en un vaso o velas prendidas. Siguiendo estos sencillos trucos científicos, podrás cortar cebolla sin derramar ni una sola lágrima.