En una acción audaz y provocadora, el artista chileno Nicolás Miranda irrumpió en el Museo de Cera de Madrid para crear una instalación que ha generado gran controversia. Aprovechando la escena ya existente del Despacho Oval, Miranda añadió figuras de personajes políticos de derecha, incluyendo al diputado argentino Javier Milei, al primer ministro israelí Benjamín Netanyahu y a líderes españoles como Isabel Díaz Ayuso y Santiago Abascal.
La instalación, titulada «Child’s Play» («Juego de niños»), buscaba reflejar lo que el artista describe como «la paradoja y las contradicciones del sistema». Miranda explica que su objetivo era «tocar los cojones» y montar un «retablo de ultraderecha» que mostrara la «ensalada» de personajes y situaciones políticas a nivel global.
Una intervención efímera y polémica
La escena, que apenas duró media hora, mostraba al presidente estadounidense Donald Trump y a su esposa Melania rodeados por las figuras de Netanyahu vestido como el muñeco diabólico Chucky, y de Milei ladrando a los pies de Trump. Además, se incluyeron a líderes políticos españoles como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y el presidente del partido de ultraderecha Vox, Santiago Abascal.
Según el artista, la intervención se realizó a espaldas del museo, que se ha deslindado de la acción. Miranda explica que el proceso fue «refácil», ya que en el último año habían ubicado las cámaras y los momentos con menos gente para poder instalar las figuras hechas con estructura metálica, masa de modelar y pintura al óleo.
Una mirada crítica a la «sociedad del espectáculo»
Para Nicolás Miranda, esta acción artística buscaba reflejar su interés por «el lenguaje» y «tocar los cojones». Según el artista, la instalación pretendía mostrar la «paradoja» y las «contradicciones del sistema» a través de una «mirada bizarra cinematográfica» que se remite a la «cuestión de la sociedad del espectáculo».
La intervención en el Museo de Cera de Madrid se suma a otras acciones polémicas del artista, como la colocación de una escultura a tamaño real del rey emérito Juan Carlos disparando con un rifle a la emblemática escultura del Oso y el Madroño en la Puerta del Sol de Madrid.
Esta provocadora instalación ha generado gran debate en torno al papel del arte y su capacidad para cuestionar y reflejar la realidad política y social de nuestro tiempo.