En un incidente que sacudió a la comuna de La Florida, un funcionario de la Policía de Investigaciones (PDI) se vio obligado a utilizar su arma de fuego para defenderse de un intento de asalto. El hecho ocurrió en la madrugada del sábado afuera de un local de comida rápida, cuando el detective fue abordado por cinco desconocidos que lo intimidaron con un arma.
Según el teniente Rodrigo Bustos, oficial de ronda de la Prefectura Cordillera, el policía «percutó alrededor de ocho disparos, dos de los cuales impactaron en el rostro y el cuello de uno de los antisociales, quien falleció de inmediato en el lugar».
Los demás involucrados lograron escapar en diferentes direcciones, y por el momento se desconoce su paradero. El Ministerio Público, junto con el departamento OS9 y el Laboratorio de Criminalística (Labocar) de Carabineros, han quedado a cargo de la investigación del incidente.
Actuación Legítima en Defensa Propia
Expertos en seguridad pública señalan que, en situaciones de alto riesgo como esta, los agentes de la ley tienen la obligación de actuar con firmeza para proteger su propia vida y la de la ciudadanía. El uso de la fuerza letal se justifica cuando el oficial se enfrenta a una amenaza inminente y grave, como lo fue el arma de fuego esgrimida por los asaltantes.
Desde una perspectiva legal, la acción del detective se enmarca dentro de los protocolos de actuación policial en legítima defensa. «Cuando un funcionario se ve superado en número y amenazado con un arma de fuego, tiene el derecho y el deber de responder con el nivel de fuerza necesario para neutralizar el peligro y preservar su integridad», explica el abogado experto en derecho penal, Javier Gómez.
Implicaciones y Lecciones Aprendidas
Este lamentable incidente resalta la peligrosa realidad a la que se enfrentan los agentes de la ley en el cumplimiento de sus funciones. Para los consumidores, esto significa que deben extremar las precauciones al transitar por zonas con altos índices de criminalidad, especialmente durante la noche. Asimismo, las autoridades deberán evaluar si es necesario reforzar la seguridad y la vigilancia policial en áreas conflictivas.
En última instancia, este caso subraya la importancia de que los funcionarios policiales reciban un entrenamiento exhaustivo en el uso proporcional de la fuerza y en técnicas de deescalada, con el fin de evitar desenlaces fatales siempre que sea posible. Solo así podrán cumplir eficazmente con su deber de proteger a la ciudadanía sin poner en riesgo sus propias vidas.
