Valparaíso, la joya del Pacífico, es una ciudad que se ha forjado a través de los siglos, donde la historia y la cultura se entretejen en cada rincón. En medio de este tapiz urbano, se alzan los bares antiguos, verdaderos refugios de la tradición y la memoria colectiva.
En el Liberty, por ejemplo, la matriarca Lupe disfruta de su jubilación, conversando con los clientes y recordando las añejas canciones que ella ayudó a crear junto a su marido hace 30 años. Este bar, abierto en 1897 por la familia Masso, llegada de España, ha visto pasar a numerosos dueños, entre ellos la famosa prostituta «La negra linda», quien organizaba grandes fondas y ramadas en el puerto.
Una Tradición Bohemia que Resiste
El Liberty es un sobreviviente en un puerto que ha enfrentado múltiples desafíos, desde terremotos hasta incendios. Aquí, la cueca se celebra todas las semanas, y los jueves del año se vive un ambiente genuinamente dieciochero, con improvisadas cuecas choras y cantores que remojan la garganta entre guitarreo y guitarreo.
Otro emblema del puerto es el Cinzano, un bar un poco más refinado, especializado en boleros y tangos. Fundado en 1896, ha visto pasar infinidad de dueños, y sus botellas empolvadas evocan el irremediable paso del tiempo. En su pequeño escenario han tocado célebres grupos como «Los Tres», y es frecuentado por turistas, estudiantes extranjeros y universitarios chilenos.
El Alma de Valparaíso en Riesgo
Sin embargo, Valparaíso ha cambiado mucho en los últimos años. El puerto se ha vuelto peligroso, y el deterioro del patrimonio es evidente. Muchos edificios históricos han quedado reducidos a sus fachadas, convertidos en estacionamientos, basurales y viviendas improvisadas.
Pero a pesar de estos desafíos, la bohemia de Valparaíso no se extingue. Los vecinos del puerto forman una cofradía y se esfuerzan por revertir la situación, conscientes de que el alma de esta ciudad no puede morir, sino que solo se transforma.
Preservando la Esencia de Valparaíso
En bares como el Liberty y el Cinzano, la historia y la música se funden, creando un ambiente único que cautiva a locales y visitantes por igual. Estos lugares son testigos de la lucha por mantener viva la esencia de Valparaíso, una ciudad que, a pesar de sus dificultades, sigue siendo un imán para artistas, poetas y soñadores.