La carrera por la Secretaría General de las Naciones Unidas ha comenzado, y Chile ha presentado a una candidata de peso: la expresidenta Michelle Bachelet. Si es elegida, Bachelet se convertiría en la primera mujer en ocupar este cargo de máxima importancia en la organización mundial.
El rol del secretario general de la ONU
El secretario general de la ONU es considerado el «símbolo de los ideales de las Naciones Unidas y portavoz de los intereses de los pueblos del mundo, en particular los pobres y vulnerables». Además, es el máximo funcionario administrativo de la organización, con la capacidad de llamar la atención del Consejo de Seguridad sobre cualquier asunto que pueda poner en peligro la paz y la seguridad internacionales.
El proceso de elección
El proceso de selección del secretario general fue modificado en 2015 para hacerlo más transparente y participativo. Ahora consta de seis etapas que se extienden a lo largo de varios meses, desde la presentación de candidaturas hasta la aprobación final por parte de la Asamblea General.
Sin embargo, el poder de veto de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad (Estados Unidos, China, Rusia, Francia y Reino Unido) puede cambiar por completo el escenario. Un voto negativo de cualquiera de estas naciones puede tumbar la candidatura recomendada por el resto del Consejo.
El desafío de Bachelet
La candidatura de Michelle Bachelet enfrenta este reto, ya que durante su mandato como Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, cuestionó duramente la situación en China. Además, el presidente chileno Gabriel Boric ha criticado las posturas del presidente estadounidense Donald Trump sobre el cambio climático, lo que podría generar recelos en Washington.
Sin embargo, Bachelet cuenta con una amplia trayectoria internacional y el respaldo de Chile, que la presenta como una figura «ampliamente conocida y respetada en el ámbito global» y con una «biografía profundamente coherente con los valores que inspiran a esta organización».
Un hito histórico
Si Bachelet logra ser elegida, se convertiría en la primera mujer en ocupar el cargo de secretaria general de la ONU, rompiendo con una tradición masculina que se remonta a la fundación de la organización en 1945. Este sería un hito histórico que reflejaría los avances en equidad de género a nivel mundial.