La reciente decisión de Disney de reintegrar al presentador y comediante Jimmy Kimmel a la televisión después de su suspensión indefinida ha generado una fuerte reacción por parte del presidente Donald Trump. Días después de que se anunciara el regreso de Kimmel a la pantalla, Trump se mostró visiblemente molesto y lanzó una serie de críticas contra la cadena ABC y el propio presentador.
En una publicación en su plataforma Truth Social, Trump cuestionó la decisión de ABC de «devolverle el trabajo» a Kimmel, argumentando que su «audiencia YA NO EXISTE» y que su «talento nunca estuvo allí». El mandatario también insinuó que el regreso de Kimmel podría ser una «contribución de campaña ilegal» del Comité Nacional Demócrata (DNC), al considerar que el presentador es «otra rama» de dicha organización.
Pero las críticas de Trump no se detuvieron allí. El presidente también lanzó una indirecta considerable, sugiriendo que «vamos a poner a prueba a ABC por esto» y recordando que la última vez que se enfrentó a ellos, «me dieron 16 millones de dólares». Esta declaración ha generado especulaciones sobre posibles acciones legales o regulatorias que Trump podría emprender contra la cadena.
Cabe recordar que la suspensión de Kimmel se produjo después de que el presentador hiciera comentarios que fueron considerados inapropiados e insensibles en un «momento emocional para nuestro país». Sin embargo, tras «conversaciones reflexivas» con Kimmel, Disney decidió reincorporarlo a la televisión.
En su regreso a la pantalla, Kimmel se disculpó por sus dichos y aseguró que nunca tuvo la intención de burlarse del asesinato de un activista político. Además, aprovechó la oportunidad para lanzar un dardo a Trump, afirmando que «nuestro líder celebra que los estadounidenses pierdan sus medios de vida porque no aguanta las bromas».
Este conflicto entre Trump y Kimmel, dos figuras públicas con posturas políticas opuestas, refleja la creciente polarización y la tensión entre los sectores conservadores y liberales en Estados Unidos. La amenaza de Trump de «poner a prueba a ABC» también plantea interrogantes sobre las posibles implicaciones legales y regulatorias que podrían surgir a raíz de este enfrentamiento.