En una devastadora tragedia que sacude a la comunidad, una familia de Estados Unidos ha presentado una demanda civil por $100 millones contra el Oxford Center y otras entidades, tras la muerte de su hijo de 5 años, Thomas Cooper, en una cámara hiperbárica.
Según los reportes, el pasado 31 de enero, Thomas fue llevado al centro médico para recibir tratamiento de oxígeno para su trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Sin embargo, durante una sesión, la máquina explotó, quemando fatalmente al menor. La madre, Juana Cooper, presenció horrorizada el incidente y resultó gravemente herida al intentar salvar a su hijo.
Negligencia Mortal
En la demanda presentada, los padres de Thomas, Juana y James Cooper, alegan que el Oxford Center y su personal no les informaron adecuadamente sobre los riesgos inherentes de la cámara hiperbárica. Según su abogado, James Harrington, «los demandados sabían con absoluta certeza que, si ocurría un incendio en una de sus cámaras, el paciente dentro sería quemado vivo, sin ninguna posibilidad de sobrevivir».
Más aún, el letrado afirma que lejos de advertir sobre los peligros, el centro alentó y apoyó el uso de la cámara, «con el único propósito de obtener ganancias». Esta negligencia fatal les arrebató la vida de su hijo.
Buscando Justicia y Responsabilidad
Además del Oxford Center, la demanda nombra como responsables al director del centro, tres miembros del personal de salud, la Oxford Kids Foundation, Office Ventures Troy y Sechrist Industries, el fabricante de la cámara hiperbárica.
Para la familia Cooper, esta batalla legal no se trata solo de una compensación monetaria, sino de exigir responsabilidad y evitar que otra tragedia similar vuelva a ocurrir. Juana y James buscan justicia por la negligencia que les quitó a su hijo Thomas.
Por ahora, el Oxford Center no ha emitido comentarios públicos sobre este caso. Pero la familia Cooper está decidida a luchar hasta el final para que se haga justicia y se rindan cuentas por esta devastadora pérdida.
