En un mundo donde los niños a menudo recurren a puestos de comida o a pedir dinero a conocidos, un pequeño empresario de Florida, Estados Unidos, encontró una forma única de generar ingresos: crear su propio «Zoológico de Caricias» con su perro pastor alemán.
El ingenioso plan del niño quedó al descubierto cuando el dueño de la mascota, Monte, lo encontró instalado fuera de su casa con un pequeño «zoológico» improvisado. Allí, el niño había colocado una jaula para su perro, un escritorio con un cartel que decía «Zoológico de Caricias $1» y una caja registradora de juguete para cobrar a los transeúntes que quisieran acariciar a la mascota.
Una atracción irresistible
Aunque el perro, llamado Dorka, era en realidad la mascota del tío del niño, Monte no pudo resistir la tentación de acariciar al animal y terminó pagando el dólar solicitado por el pequeño emprendedor. Según Monte, Dorka es una perra retirada de detección de explosivos que lo acompañó durante años en Afganistán.
Lejos de enojarse, Monte quedó sorprendido por la creatividad y el espíritu emprendedor del niño, quien había logrado transformar a su mascota en una atracción irresistible para los transeúntes. «Un niño robó a mi perro para abrir un zoológico de caricias», escribió Monte en su publicación de Instagram, donde compartió el divertido incidente.
Un negocio familiar
Aún más sorprendente fue la revelación de que el niño «ladrón» no era en realidad un extraño, sino el sobrino de Monte. Así, el «robo» del perro no fue tal, sino más bien una iniciativa empresarial familiar que demostró el ingenio y la creatividad del pequeño emprendedor.
Este incidente nos recuerda que, a veces, los niños pueden sorprendernos con soluciones innovadoras y emprendedoras para generar ingresos. En lugar de juzgar, deberíamos celebrar y fomentar este tipo de espíritu empresarial, que puede ser un valioso trampolín para el futuro.
