En su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lanzó una dura crítica contra la inmigración, exigiendo «terminar con este fracasado experimento de fronteras abiertas». Trump afirmó que los países que permiten la inmigración «se están yendo al infierno» y aseguró que su gobierno ha «tomado medidas contundentes para frenar rápidamente la migración irregular».
El mandatario republicano hizo de la lucha contra la inmigración uno de los puntos centrales de su discurso, condenando lo que la Casa Blanca llamó «movimientos globalizadores». Trump también denunció que el reconocimiento del Estado palestino por parte de varios países supone una «recompensa» para Hamás.
Endurecimiento de la Política Migratoria
Desde su llegada a la Casa Blanca, Trump ha impulsado una política migratoria cada vez más restrictiva, con medidas como la construcción del muro fronterizo con México, el endurecimiento de los requisitos para obtener asilo y la reducción del número de refugiados admitidos.
Impacto en los Países de Origen
Según expertos, las políticas antiinmigración de Trump no solo afectan a los migrantes que intentan llegar a Estados Unidos, sino que también tienen un impacto negativo en los países de origen, al privarlos de mano de obra y remesas que sostienen sus economías.
Rechazo Internacional
La retórica y las políticas antiinmigración de Trump han sido ampliamente criticadas a nivel internacional, con organismos como la ONU y la Unión Europea condenando el enfoque restrictivo y xenófobo del presidente estadounidense.
A pesar de las fuertes reacciones, Trump parece decidido a mantener su postura, considerando la lucha contra la inmigración como una de las principales prioridades de su gobierno.
