En un giro inesperado en el tenso enfrentamiento entre Estados Unidos y Brasil, el gobierno estadounidense ha impuesto sanciones a Viviane Barci de Moraes, la esposa del juez Alexandre de Moraes, quien lidera el caso judicial contra el expresidente Jair Bolsonaro por el intento de golpe de Estado.
La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de EEUU ha incluido a Viviane Barci de Moraes en su «lista negra», dos meses después de que su esposo, magistrado del Supremo Tribunal Federal de Brasil, también fuera sancionado por Washington. Según las autoridades estadounidenses, De Moraes ha emprendido una supuesta «caza de brujas» contra miembros de la oposición brasileña, incluyendo al propio Bolsonaro.
Represalias Contra el Gobierno Brasileño
Esta medida se enmarca en una serie de represalias impulsadas por la administración estadounidense contra el gobierno de Brasil, en respuesta a la condena de 27 años y 3 meses de prisión impuesta al expresidente Bolsonaro por conspirar contra el orden democrático tras su derrota en las elecciones de 2022 frente a Luiz Inácio Lula da Silva.
Además de las sanciones a la pareja De Moraes, Washington también ha revocado la visa del juez y ha apuntado contra el Lex Instituto de Estudios Jurídicos, una firma de abogacía de Sao Paulo vinculada al magistrado, en la que su esposa Viviane actúa como socia.
Acusaciones de «Motivaciones Políticas»
Por su parte, el actual presidente brasileño, Lula da Silva, ha acusado al gobierno de EEUU de «buscar la impunidad» para Bolsonaro a través de estos aranceles y sanciones, denunciando las «motivaciones políticas» detrás de las acciones de la Casa Blanca.
En un artículo de opinión publicado en The New York Times, Lula afirmó que «el Gobierno de Estados Unidos está usando los aranceles y la Ley Magnitsky para buscar impunidad para el expresidente Jair Bolsonaro, quien orquestó un fallido golpe de Estado el 8 de enero de 2023».
Implicaciones y Tensión Bilateral
Estas sanciones y represalias cruzadas entre EEUU y Brasil reflejan la creciente tensión geopolítica y la polarización política que rodea el caso Bolsonaro. La decisión de Washington de sancionar a la esposa del juez a cargo del juicio sugiere un endurecimiento de su postura, lo que podría profundizar aún más el conflicto entre ambos países.
A medida que se desarrolla este complejo escenario, la comunidad internacional observa con atención cómo se desenvuelve la disputa entre las dos mayores economías de las Américas, con importantes implicaciones para la estabilidad regional y el futuro de la democracia brasileña.
