Horas antes de perpetrar el ataque a la escuela católica de la Anunciación en Minneapolis, donde murieron dos niños y otros 17 resultaron heridos, Robin Westman, el tirador identificado, publicó un perturbador manifiesto en su cuenta de YouTube.
En el video de 11 minutos de duración, Westman, de 22 años, advertía que podría asaltar una iglesia durante una misa y mostraba un gran arsenal de armas. Además, lanzaba insultos antisemitas y confesaba que había planeado el crimen durante cinco años: «Solo quiero escapar de este mundo, de las facturas contantes, de los trabajos de mierda y de la injusticia de este país. Estoy harto».
Según el jefe de la policía de Minneapolis, Brian O’Hara, Westman había publicado previamente diversos videos en los que mostraba cargadores de armas largas con mensajes escritos contra el expresidente Donald Trump o hacía referencias a sujetos que cometieron crímenes similares en Estados Unidos. De hecho, una de las armas tenía escrita la frase: «¿Dónde está ahora tu jodido Dios?», mientras que en otra se podía leer: «Para los niños».
Una disculpa a su familia
En su manifiesto, Westman también se dirigió a su familia, sosteniendo: «A mis hermanos, perdón por manchar para siempre el resto de sus vidas. Sus carreras, vidas, relaciones saltarán por los aires. Una disculpa por no haber salido como ustedes querían. Por favor no piensen que fracasaron como padres».
Tragedia y luto en la comunidad
Tras concretar la masacre, Robin Westman cometió suicidio. El director del Buró Federal de Investigaciones (FBI), Kash Patel, confirmó que Westman fue el responsable de haber disparado tres tipos de armas diferentes durante una misa de principio de curso en la escuela de la Anunciación.
En palabras del jefe de policía: «Este acto deliberado de violencia es solo una muestra de la crueldad que está más allá de toda comprensión. Nuestros corazones están rotos por todos los que han sido afectados por esta tragedia; mientras iniciamos el difícil camino hacia la sanación, quiero que la comunidad sepa esto: que incluso ante tal maldad, estamos con nuestra comunidad».
La Administración de Donald Trump ordenó colocar la bandera de Estados Unidos a media asta en todos los edificios públicos y terrenos militares hasta la puesta del sol del próximo 31 de agosto, en señal de duelo por esta terrible tragedia.
