En un giro inesperado en el caso del salvadoreño Kilmar Ábrego García, una jueza federal del Distrito de Maryland ha suspendido temporalmente su deportación a Uganda. La jueza Paula Xinis ordenó al gobierno del presidente Donald Trump mantener a Ábrego en Estados Unidos mientras evalúa una nueva impugnación legal contra los planes de enviarlo a África.
Durante una audiencia, Xinis, quien previamente había ordenado al gobierno facilitar el regreso de Ábrego desde El Salvador tras ser deportado allí por error, dejó claro que tiene prohibido expulsar al inmigrante del territorio continental estadounidense. Sin embargo, la secretaria de Seguridad Nacional, Kristy Noem, afirmó que el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) «está procesando» la deportación de Ábrego.
Según los defensores de Ábrego, la insistencia del gobierno en deportarlo a Uganda, en lugar de aceptar un acuerdo que le permitiría ser enviado a Costa Rica, demuestra que el verdadero motivo no es simplemente sacarlo del país, sino «castigarlo y mantenerlo detenido». Ábrego ha recibido garantías de que sería un ciudadano libre en Costa Rica y tendría protección como refugiado para no ser deportado a El Salvador, donde enfrenta riesgo de persecución y violencia por parte de las pandillas.
La jueza Xinis señaló que existen «varios motivos» por los cuales podría tener jurisdicción para solicitar la exención de la deportación, incluyendo que Uganda no ha accedido a ofrecerle a Ábrego las mismas protecciones que tendría en Costa Rica. Por ahora, el presidente Trump se ha limitado a indicar que tienen la situación «bajo control», a pesar de los esfuerzos de los abogados del migrante por impugnar legalmente los planes de deportación.