La Consulta Indígena, un proceso impulsado por el Gobierno para dialogar con las comunidades mapuche en la Macrozona Sur, ha enfrentado un rechazo generalizado por parte de los pueblos originarios. Según el senador Francisco Huenchumilla, ex copresidente de la Comisión para la Paz y el Entendimiento, «no nos corresponde inmiscuirnos en un proceso que nosotros no tenemos ninguna responsabilidad».
El rechazo a la Consulta no se limita solo a La Araucanía, sino que también se ha extendido a las regiones de Los Ríos y Los Lagos, donde las comunidades han señalado que la Comisión no contó con su participación al formular las propuestas.
Perspectivas Encontradas sobre la Consulta Indígena
Mientras algunos, como Hugo Alcamán, presidente de la Corporación de Profesionales Mapuche «Enama», consideran que la Consulta es un «instrumento que permite intercambiar ideas», otros, como el senador Jaime Quintana (PPD), insisten en que el Gobierno debería suspender el proceso y buscar un diálogo más directo con las «autoridades ancestrales más representativas».
¿Un Proceso a la Medida?
Quintana cree que es necesario «reencauzar este proceso mediante una instancia de diálogo» con los líderes mapuche, ya que el rechazo generalizado sugiere que la Consulta podría no estar respondiendo a las necesidades y expectativas de las comunidades.
El Gobierno Continúa con la Consulta
A pesar de la oposición, el Gobierno ha asegurado que seguirá aplicando la Consulta Indígena en toda la Macrozona Sur. Esta decisión plantea interrogantes sobre cómo lograr un proceso verdaderamente inclusivo y representativo, que genere confianza y abra vías de diálogo constructivo entre el Estado y los pueblos originarios.
El camino a seguir requerirá de un esfuerzo conjunto para encontrar soluciones que respeten los derechos y las aspiraciones de las comunidades mapuche, al tiempo que se avanza en la construcción de una relación más sólida y duradera entre el Gobierno y los pueblos indígenas.