En un nuevo desarrollo en el conflicto entre Rusia y Ucrania, el Ministerio de Defensa ruso ha informado sobre el derribo de 21 drones ucranianos en seis regiones del país. Según el parte castrense, al menos dos de estos aparatos no tripulados tenían como destino la capital rusa, Moscú.
De acuerdo con los datos proporcionados, los sistemas de defensa antiaérea rusos interceptaron y destruyeron los drones entre las 23:00 del 24 de agosto y las 07:00 horas del 25 de agosto (hora de Moscú). Tres de los drones fueron derribados cerca de la propia capital rusa, lo que sugiere que Moscú podría haber sido el objetivo principal de este ataque aéreo.
Ataques a infraestructura clave
Más allá de los incidentes en torno a Moscú, el parte militar ruso también menciona que 10 drones fueron derribados el domingo sobre el puerto de Ust-Luga, en la región de Leningrado. Este puerto es clave para las exportaciones de gas natural licuado de Rusia, ya que alberga una terminal del mayor productor de este combustible, Novatek.
Estos ataques con drones se producen en un contexto de creciente tensión entre Rusia y Ucrania, que han intercambiado recientemente 146 prisioneros de guerra de cada lado, en una de las pocas áreas de cooperación entre ambos países desde el inicio de la guerra en 2022.
Implicaciones estratégicas
Desde una perspectiva estratégica, los intentos de Ucrania por atacar objetivos clave en el interior de Rusia, incluyendo la capital, podrían indicar un cambio en la dinámica del conflicto. Estos ataques con drones sugieren que Ucrania está buscando llevar la guerra más allá de sus propias fronteras y desafiar la capacidad de Rusia para proteger sus centros neurálgicos.
Por su parte, la respuesta de Rusia, con el derribo de estos drones, muestra su determinación por defender su territorio y su capital de los ataques ucranianos. Sin embargo, estos incidentes también revelan posibles vulnerabilidades en la defensa aérea rusa que Ucrania podría intentar explotar en el futuro.
En resumen, este nuevo episodio en el conflicto ruso-ucraniano evidencia la creciente complejidad y la evolución de las estrategias de ambos bandos, con Ucrania buscando llevar la guerra más allá de sus fronteras y Rusia esforzándose por mantener el control sobre su territorio y sus centros de poder.
