Gervoy Paredes, exalcalde de Puerto Montt, se encuentra sumido en una grave crisis económica como resultado de los cargos de corrupción que enfrenta. Después de pasar 6 meses en prisión preventiva y 3 con arresto domiciliario total, Paredes ahora se enfrenta a restricciones que le impiden generar ingresos y hacer frente a sus deudas.
La defensa de Paredes ha buscado levantar las medidas cautelares que pesan sobre sus cuentas bancarias y propiedades, con el objetivo de poder renegociar sus deudas. Sin embargo, el juez a cargo ha mantenido las restricciones, argumentando que es de interés público recuperar los recursos que presuntamente fueron desviados.
Acusaciones de corrupción y lavado de activos
Paredes está siendo investigado por delitos de cohecho, lavado de activos, incremento injustificado de patrimonio y fraude al fisco. Según la Fiscalía, el exalcalde habría utilizado fondos públicos para pagar su defensa ante el Tribunal Electoral y contratar a «trabajadores fantasma», cuyos salarios habrían sido desviados para la adquisición de inmuebles.
Argumentos de la defensa
El abogado de Paredes, Andrés Firmani, ha solicitado que se le permita acceder a los fondos provenientes de la venta de un departamento en Coquimbo, con el fin de poder renegociar sus deudas. Firmani argumenta que los bienes raíces ya se encuentran precautoriados, por lo que se cubriría la eventual responsabilidad indemnizatoria en caso de que Paredes sea condenado.
Posición de la Fiscalía y el CDE
Por su parte, el fiscal Marcos Muñoz y los querellantes se han opuesto a la liberación de los fondos, argumentando que es de interés público recuperar los recursos que presuntamente fueron desviados. Además, el abogado del Consejo de Defensa del Estado, Rodrigo Tejo, ha señalado que los recursos e inmuebles retenidos no alcanzarían a cubrir el monto defraudado.
Finalmente, el juez determinó mantener las restricciones sobre las propiedades y el dinero de Paredes, pero le permitió salir de su casa durante el día para intentar resolver sus problemas financieros, ya que, según su defensor, las deudas lo tienen «hasta el cuello».