Una tragedia sin precedentes ha sacudido a la comunidad de migrantes afganos después de que un bus que transportaba a deportados de Irán chocara y se incendiara en la localidad afgana de Guzara, en la provincia de Herat, dejando al menos 60 personas fallecidas.
Según las primeras investigaciones, el autobús colisionó con una motocicleta y un camión de carga, lo que provocó un devastador incendio. Lamentablemente, solo tres de los pasajeros del bus lograron sobrevivir, mientras que otras dos personas que viajaban en el camión también perdieron la vida.
Una crisis migratoria en aumento
Este terrible accidente se produce en medio de una crisis migratoria sin precedentes en la región. Tan solo en los últimos seis meses, 1,2 millones de afganos han sido deportados de Irán, y se espera que otros 800.000 sean expulsados en los próximos meses, antes de marzo de 2026.
Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), unos 250.000 afganos fueron deportados solo en junio, pero la comisión talibán ha disparado esta cifra hasta los 600.000, acelerada por los 12 días de conflicto entre Irán e Israel.
Un drama humanitario en la frontera
Esta tragedia pone de manifiesto la desesperada situación que enfrentan miles de migrantes afganos, obligados a huir de su país en busca de una vida mejor. Lamentablemente, el peligroso viaje de regreso a Afganistán se ha cobrado un alto precio en vidas humanas.
Expertos en migración y organizaciones humanitarias han exhortado a las autoridades iraníes y afganas a tomar medidas urgentes para garantizar la seguridad y el bienestar de estos desplazados, evitando que más familias tengan que sufrir una tragedia similar.