En un giro dramático, el gobierno argentino del presidente Javier Milei ha elevado a 100 la cifra de muertos por el uso de fentanilo contaminado en hospitales de cuatro provincias y la capital, Buenos Aires. Este potente opioide, entre 50 y 100 veces más potente que la morfina, ha sido el responsable de esta tragedia nacional.
Según las denuncias, las muertes por infección bacteriana tras recibir este fármaco se venían reportando desde el año pasado, pero las autoridades no habían actuado con la debida diligencia. Ahora, el gobierno de Milei ha salido a la ofensiva, apuntando directamente a un laboratorio local como el responsable y acusando a los seguidores de la expresidenta Cristina Kirchner de encubrir al dueño de la empresa.
Acusaciones Cruzadas y Conflicto de Intereses
En un comunicado, la vocería presidencial señaló que Ariel García Furfaro, dueño del laboratorio HLB Pharma Group S.A., es el fabricante del lote de fentanilo contaminado que ha causado más de 100 muertes. Milei lo calificó como «un eterno socio kirchnerista» y afirmó que el Gobernador Axel Kicillof y su Ministro de Salud, Nicolás Kreplak, son los principales clientes de HLB Pharma.
Por su parte, el juez de la causa, Ernesto Kreplak —hermano del actual ministro de Salud bonaerense—, le recordó al presidente Milei su «obligación constitucional de abstenerse de interferir en una causa penal en curso». HLB Pharma Group, por su lado, acusó de «oportunismo» a sectores políticos y económicos que han «emprendido un escarnio mediático» contra la empresa.
Llamado a la Justicia
El gobierno de Milei ha sido enfático en su posición: «Hemos hecho lo que ningún otro gobierno hizo: clausurar y denunciar el laboratorio de Ariel García Furfaro, empresario corrupto, amigo y beneficiario de la casta política que arruinó el país y llenó la administración pública de ñoquis y corruptos en todas las áreas». Ahora, el presidente ha advertido que si en los próximos días el juez Kreplak no ordena la detención del dueño del laboratorio, el gobierno nacional lo recusará por conflicto de intereses.
Esta tragedia ha puesto de manifiesto la urgente necesidad de una investigación exhaustiva y una rendición de cuentas por parte de todos los actores involucrados. Mientras tanto, las familias de las víctimas siguen llorando a sus seres queridos, víctimas de un escándalo que parece no tener fin.
