En una acción contundente, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha puesto en jaque a 17 importantes empresas farmacéuticas, dándoles un plazo de 60 días para garantizar una reducción significativa en los precios de los medicamentos.
En una carta dirigida a los directivos de compañías como Eli Lilly and Company, Trump les advierte que lo único que aceptará de ellos es un «compromiso que ofrezca a los ciudadanos el fin de los precios enormemente inflados y el del uso gratuito de la innovación estadounidense por parte de los países europeos y otros países desarrollados».
Exigencias Concretas del Gobierno
Entre las demandas específicas del presidente, se incluye extender los «precios de nación más favorecida» al plan médico Medicaid, devolver los ingresos adicionales obtenidos en el extranjero a los pacientes y contribuyentes estadounidenses, y permitir la compra directa a esos mismos precios preferenciales.
Trump recuerda que el 12 de mayo firmó una orden ejecutiva solicitando a estas compañías reducir los precios de los medicamentos en el país en un plazo de 30 días. Ahora, con este nuevo ultimátum de 60 días, el objetivo es garantizar que «los estadounidenses paguen los mismos precios que disfrutan otras naciones desarrolladas».
Advertencia de Consecuencias
El mandatario advierte que, si las farmacéuticas se niegan a cumplir con estas exigencias, su Administración «desplegará todas las medidas a su alcance para proteger a las familias estadounidenses de las continuas prácticas abusivas en la fijación de precios de los medicamentos».
En palabras de Trump, «los estadounidenses exigen precios más bajos en los medicamentos y los necesitan hoy. Otras naciones se han aprovechado de nuestra innovación durante demasiado tiempo y es hora de que paguen lo que les corresponde».
Esta acción del gobierno estadounidense se enmarca en un esfuerzo por aliviar la carga financiera que suponen los altos costos de los medicamentos para las familias trabajadoras del país.