En medio de una polémica que lo vincula con el empresario asesinado Felipe Reyes Ossa, conocido como el «Rey de Meiggs», y con Wilson Verdugo, presunto autor intelectual del crimen, el animador y locutor radial Francisco Kaminski enfrenta otra controversia: el pago de la pensión alimenticia a su exesposa, Carla Jara, y su hijo Mariano, de 11 años.
Según informó la revista Glamorama, hasta junio de 2025, Kaminski estaba al día con sus obligaciones mensuales hacia Carla Jara, pagando una pensión cercana a los 2 millones de pesos mensuales. Además, el conductor también está cubriendo un crédito que su exesposa solicitó a su nombre, con cuotas aproximadas de 1,5 millones de pesos.
Deudas y Compromisos Financieros
Mientras Kaminski mantiene una deuda cercana a los 50 millones de pesos con la familia del empresario fallecido, se ha comprometido a saldar este monto en octubre de 2025, tras recaudar fondos en los eventos típicos de septiembre, especialmente las fondas.
Sin embargo, en las últimas semanas han salido a la luz varias deudas que aún mantiene el animador. De hecho, hasta finales de junio, Kaminski tenía una cuota pendiente de la pensión alimenticia, la cual se comprometió a cancelar antes de que terminara ese mes.
Implicaciones y Perspectivas
Desde una perspectiva legal, el incumplimiento de las obligaciones de manutención de un menor puede acarrear serias consecuencias para Kaminski. Además, la controversia que lo rodea, incluyendo su vínculo con el caso del empresario asesinado, podría afectar su reputación y credibilidad ante el público.
Para los consumidores, esta situación plantea interrogantes sobre la responsabilidad y transparencia de los famosos en el cumplimiento de sus deberes parentales. Asimismo, refleja la complejidad de los desafíos financieros que enfrentan algunas celebridades, incluso cuando se trata de obligaciones básicas como la pensión alimenticia.
En conclusión, el caso de Francisco Kaminski pone de manifiesto la importancia de que los personajes públicos mantengan un comportamiento íntegro y responsable, especialmente en lo que respecta a sus obligaciones familiares. La transparencia y el compromiso con el bienestar de los hijos deben ser prioridades, incluso en medio de controversias y dificultades económicas.
