La participación de Disley Ramos en el reality show Mundos Opuestos ha sido objeto de intenso debate, con las animadoras Pía Pérez y Natu Urtubias lanzando duras críticas sobre su desempeño en el programa.
Según las presentadoras, la influencer no ha logrado conectar con el público ni aportar contenido relevante durante su estadía en el encierro. Natu Urtubias afirmó que Disley «vive en una burbuja» y tiene una «visión distorsionada» de su papel en el reality, argumentando que el respaldo de ciertos futbolistas le impide ver las dinámicas reales del programa.
Por su parte, Pía Pérez señaló que, si bien Disley es «buena onda», su falta de iniciativa y actitud reservada no son ideales para este tipo de formatos televisivos. «No hay contenido, no está pasando nada. Ser tan tibia te pasa la cuenta en un reality show», expresó sin filtro.
Las animadoras coincidieron en que Disley no ha logrado soltarse ni mostrarse de manera auténtica ante las cámaras, lo cual consideran fundamental para sobresalir en televisión. «Viene de un contenido hermético como el de TikTok y eso la limita», explicó Natu, criticando además su aparente necesidad de proyectar una imagen «demasiado sobreactuada» y poco natural.
¿Estilo Único o Falta de Adaptación?
El debate en torno a la participación de Disley Ramos en Mundos Opuestos pone de manifiesto los desafíos que enfrentan los influencers al adaptarse a diferentes formatos de entretenimiento. Mientras que en plataformas como TikTok su estilo reservado y cuidado de la imagen puede funcionar, en un reality show se espera una mayor exposición emocional y autenticidad.
Desde la perspectiva de las animadoras, Disley no ha logrado conectar con el público ni generar el tipo de contenido que se espera en este tipo de programas. Sin embargo, la influencer ha defendido que su estilo es «entretenido» y diferente al del resto de los participantes.
¿Cómo Puede Disley Adaptarse?
Para tener éxito en un reality show como Mundos Opuestos, Disley Ramos podría necesitar encontrar un equilibrio entre su estilo personal y las expectativas del formato. Esto podría implicar mostrarse más auténtica y espontánea ante las cámaras, sin perder su esencia, pero adaptándose a las dinámicas del programa.
Además, la influencer podría beneficiarse de una mayor interacción con el público y sus compañeros de encierro, generando contenido más relevante y memorable. Al final, el desafío radica en encontrar la forma de destacar sin perder su identidad.