En la reciente inauguración de la Smart City Expo Santiago 2025, el presidente del Senado, Manuel José Ossandón (RN), protagonizó un momento incómodo al hacer un «chiste» sobre la subsecretaria de Vivienda, Gabriela Elgueta.
Al inicio de su discurso, Ossandón declaró: «No se asusten, voy a hablar más corto que la subsecretaria. Gracias a Dios le quedan pocos meses de Gobierno«. Esta frase generó una reacción inmediata en el público, ante lo cual el senador intentó aclarar: «No, (es) porque habla mucho«, acompañado de una sonrisa.
Una amistad con historia
Posteriormente, Ossandón remarcó su amistad con el gobernador Claudio Orrego, que se remonta a cuando ambos eran alcaldes. Relató una reunión en la que Orrego llegó a su oficina acompañado de la subsecretaria Elgueta, quien «estuvo 10 días copiando todas las cosas buenas que hicimos, y también las malas. Creamos una amistad sobre la base del bien común».
Esto sugiere que el incómodo comentario de Ossandón podría estar enmarcado en un contexto de amistad y confianza entre los líderes políticos. De hecho, se menciona que previamente, durante el discurso de la subsecretaria, el gobernador Orrego habría hecho un gesto para que acelerara su presentación, lo que fue comentado con risa por Elgueta: «El gobernador me hace así (gesto apuntando al reloj), que me apure, me queda poquito«.
Más allá de las bromas
Este episodio revela la compleja dinámica que puede existir entre los líderes políticos, donde incluso bromas aparentemente inocentes pueden generar reacciones incómodas. Si bien Ossandón intentó aclarar que su comentario se debía a que Elgueta «habla mucho», la percepción inicial del público fue de sorpresa y desconcierto.
En un evento público de esta magnitud, donde se esperan discursos y presentaciones formales, este tipo de comentarios pueden ser malinterpretados y poner en evidencia las tensiones subyacentes, incluso en relaciones que se presentan como amistosas. Es un recordatorio de la importancia de la diplomacia y el tacto en la esfera política, donde las palabras y acciones pueden tener un impacto más allá de lo previsto.
A medida que se acerca el final del Gobierno, este episodio muestra que las relaciones entre los líderes políticos siguen siendo un tema delicado que requiere de un manejo cuidadoso, incluso en momentos que parecen informales o distendidos.
