En una escena digna de una película de terror, un hombre estadounidense de 61 años perdió la vida de manera trágica después de ser arrastrado y golpeado por una máquina de resonancia magnética. El incidente ocurrió el pasado 16 de julio en el Nassau Open MRI de Westbury, Nueva York, cuando la esposa del fallecido, Keith McAllister, se sometía a un examen de rodilla.
Según el relato de la mujer, una vez que ella finalizó el procedimiento, le pidió ayuda a su esposo para salir de la sala. Sin embargo, McAllister llevaba puesta una cadena metálica de entrenamiento de 9 kilos alrededor del cuello, la cual desencadenaría una tragedia. La máquina de resonancia, aún encendida, lo atrajo con fuerza hacia su interior, girándolo y golpeándolo contra ella.
Una Llamada Desesperada por Ayuda
La esposa, aterrorizada, llamó de inmediato al técnico para que apagara la máquina y solicitara asistencia médica. «Le digo: ‘¿Podrías apagar la máquina? Llama al 911. Haz algo. ¡Apaga esta maldita cosa!’«, recordó la mujer.
Lamentablemente, los esfuerzos por salvar a McAllister fueron en vano. «Me dijo adiós con la mano y luego todo su cuerpo se quedó sin fuerzas«, relató desgarrada la esposa.
Una Tragedia Evitable
Según el Departamento de Policía del Condado de Nassau, la cadena metálica que llevaba el hombre alrededor del cuello fue la causante de que fuera arrastrado hacia la máquina, lo que resultó en un «episodio médico» fatal.
Tras ser trasladado de urgencia a un hospital, McAllister falleció al día siguiente a causa de las graves lesiones sufridas. Una tragedia que, sin duda, podría haberse evitado con un simple gesto de precaución.
Lecciones Aprendidas y Seguridad en Exámenes Médicos
Este incidente resalta la importancia de seguir estrictamente los protocolos de seguridad en entornos médicos, especialmente cuando se utilizan equipos de alta tecnología como las máquinas de resonancia magnética. La presencia de objetos metálicos cerca de estos aparatos puede desencadenar accidentes fatales, por lo que es crucial que tanto pacientes como personal sanitario estén alerta y tomen las medidas necesarias.
La muerte de Keith McAllister es una trágica recordatorio de que, incluso en entornos aparentemente seguros, la falta de precaución puede tener consecuencias devastadoras. Su legado debe servir para impulsar mejoras en los protocolos de seguridad y concientizar sobre la importancia de la prevención de accidentes en el ámbito médico.