En un giro inesperado, Canal 13 ha confirmado oficialmente el ingreso del querido chico reality, Mario Ortega, a las filas de ‘Mundos Opuestos’. Sin embargo, para muchos televidentes esto no fue realmente una sorpresa.
De hecho, algunos incluso juraban haber visto a Ortega en pantalla con anterioridad, y no estaban del todo equivocados. A mediados de junio, cuando un sismo de 6.1 grados azotó Perú, el canal reveló imágenes del interior del reality que se graba en dicho país, dejando ver a Valentina Concha, Mike Milfort y otros competidores como Joche Bibbó, Daúd Gazale y Marlen Olivari, entre ellos, Mario Ortega.
Hasta ese momento, el nombre de Ortega no había sido confirmado oficialmente por el canal, aunque las redes sociales ya clamaban por su ingreso al reality. Esto ha puesto en evidencia el gran desfase que existe entre la línea temporal de los capítulos que se ven en pantalla y lo que realmente ocurre en tiempo real durante la grabación del programa.
Un Patrón Recurrente en los Realities de Canal 13
Este no es un fenómeno nuevo ni exclusivo de ‘Mundos Opuestos’. De hecho, ha ocurrido en realities anteriores de la estación, como ‘Tierra Brava’, ‘Ganar o Servir’ y ‘Palabra de Honor’.
Recientemente, también se reveló que Ignacia Michelson ya habría dejado el reality, pues fue vista en el aeropuerto acompañada de Diego Venegas, otro participante que también habría abandonado la competencia. Asimismo, la salida de ‘Chilota’ y ‘Sckarcita’ es un secreto a voces en las redes sociales, lo que demuestra que el factor sorpresa ya no es algo de lo que goce el reality.
Un Nuevo Rostro se Suma a ‘Mundos Opuestos’
Además de Mario Ortega, Samira Jalil, una personalidad de televisión no muy conocida en nuestro país, también se ha sumado a ‘Mundos Opuestos’. Jalil cuenta con varias participaciones en realities como ‘Mujeres y hombres y viceversa’, ‘Resistiré’ y ‘La casa de los famosos 3’.
Este anuncio del canal sobre el ingreso de Mario Ortega y Samira Jalil al reality pone de manifiesto las diferencias entre lo que se ve en pantalla y la realidad del programa, exponiendo el gran desfase temporal que existe entre ambos.
