Este lunes se dio inicio al juicio contra el apodado «Doctor Muerte», un médico alemán de cuidados paliativos acusado de asesinar a 15 pacientes con inyecciones letales. Según la investigación, el sospechoso de 40 años, identificado como Johannes M., está acusado de haber matado a 12 mujeres y 3 hombres entre septiembre de 2021 y julio de 2024, cuando trabajaba en Berlín.
De acuerdo a los fiscales, Johannes M. «administró un anestésico y un relajante muscular a sus pacientes sin su conocimiento o consentimiento». El relajante «paralizaba los músculos respiratorios, provocando una parálisis respiratoria y la muerte en cuestión de minutos». Sumado a ello, en cinco casos, el médico habría prendido fuego a los departamentos de las víctimas para intentar encubrir los crímenes.
Un colega del acusado alertó a la policía sobre la sospechosa cantidad de pacientes del médico que habían muerto en incendios, lo que llevó a su detención en agosto de 2024. Inicialmente se le acusó de la muerte de cuatro pacientes, pero la investigación reveló que se trataba de un total de 15 víctimas.
Durante el juicio, Johannes M. guardó silencio sobre las acusaciones en su contra, mientras que la fiscalía afirmó que el doctor no tenía «ningún motivo más allá de matar», por lo que solicitan una pena de cadena perpetua. Además, se están investigando otros 96 fallecimientos sospechosos, incluyendo la muerte de su suegra en Polonia.
Este caso ha conmocionado a la opinión pública alemana y plantea preguntas fundamentales sobre la ética médica y los controles necesarios para evitar que se repitan tragedias de esta magnitud. ¿Cómo pudo un profesional de la salud llegar a cometer actos tan atroces? ¿Qué fallas en el sistema permitieron que esto sucediera? Estas son algunas de las interrogantes que surgen ante este escalofriante escenario.