Japón, uno de los países más sísmicos del mundo, se encuentra en alerta máxima tras una seguidilla de más de 1.800 temblores que han azotado el archipiélago de las Islas Tokara en menos de un mes. Ubicado entre la isla principal de Kyushu y la prefectura de Okinawa, este grupo de islas ha sido el epicentro de una actividad sísmica sin precedentes, con decenas de habitantes evacuados a tierra firme.
Según la Agencia Meteorológica de Japón, solo el lunes se registraron al menos 60 sismos, algunos de magnitud 5, en la isla de Akusekijima. Aunque los expertos señalan que este fenómeno no es un precursor directo del gran terremoto que se espera en la Fosa de Nankai, reconocen que el desastre que ocasionaría es inevitable y cada vez más cercano.
La Amenaza de la Fosa de Nankai
Japón, con alrededor de 125 millones de habitantes, se encuentra en el llamado Cinturón del Fuego del Pacífico, una zona de alta actividad sísmica que también comprende a Chile. En el caso de la nación nipona, abarca cuatro placas tectónicas a lo largo de dicha área, lo que hace que experimente usualmente unos 1.500 temblores al año, registrando el 18% de los sismos de magnitud 6 o mayor a nivel mundial.
Pero lo que mantiene bajo preocupación al Gobierno japonés es la Fosa de Nankai, una falla de 900 kilómetros que se extiende por el lado de la costa sur desde el oeste (Kyushu) hasta el extremo este (Tokio). Un informe publicado en marzo por las autoridades estima en un 80% la probabilidad de que un terremoto de magnitud 9 ocurra en los siguientes 30 años, con una cifra estimada de 332.000 muertos y 2.5 millones de edificios destruidos, principalmente debido al tsunami que arrasaría con las poblaciones costeras.
Preparándose para lo Inevitable
Ante este escenario, el Gobierno japonés ha aprobado recientemente mejoras al plan para proteger a su población, con el objetivo de reducir en un 80% el número de víctimas fatales en la próxima década. Esto incluye la construcción de diques más altos y robustos, así como cientos de torres de refugio ante tsunamis.
Sin embargo, el experto Takeshi Sagiya, del Centro de Investigación de Sismología, Vulcanología y Mitigación de Desastres de la Universidad de Nagoya, advierte que «es imposible proteger a todos y a todo» en un escenario de terremoto de magnitud 9. Él destaca que la educación sísmica de la población local es clave para salvar vidas, ya que el primer tsunami podría llegar a la costa en tan solo cinco minutos después del sismo.
Además, el profesor Kazuto Suzuki, de la Universidad de Tokio, señala que las lecciones aprendidas del desastre de Fukushima en 2011 han llevado a nuevas regulaciones sobre generadores de emergencia, camiones de bomberos y otras medidas de seguridad. No obstante, reconoce que «existen muchas incógnitas» en lo que respecta a un terremoto en la Fosa de Nankai, y que es importante realizar esfuerzos constantes para mejorar la seguridad y resolver las debilidades identificadas.
Un Futuro Incierto, pero Preparado
Mientras Japón se enfrenta a la inevitable amenaza de un gran terremoto en la Fosa de Nankai, la seguidilla de sismos en las Islas Tokara sirve como un recordatorio de la urgencia de estar preparados. Con una combinación de infraestructura resiliente y una población educada en la respuesta ante desastres, el país espera reducir al máximo el impacto de este desastre natural que se perfila en el horizonte.