En un caso que conmocionó a la comunidad de Cochamó, en la región de Los Lagos, Chile, una asistente de educación fue acusada de agredir a estudiantes de kínder con pequeños pinchos. Tras la denuncia presentada por seis familias, la mujer quedó con una prohibición de trabajar con menores, adultos mayores o personas con discapacidad durante un período de 3 años.
Los hechos se registraron en la Escuela Río Pueloy, donde los niños manifestaron «temor a ser picados por pulgas de colores», refiriéndose a las pequeñas tachuelas que la asistente habría utilizado en el aula. Tras la investigación, se realizó una audiencia de formalización en la que se llegó a un acuerdo entre las partes involucradas: las seis familias afectadas, el Ministerio Público y la imputada.
Consecuencias Legales y Laborales
Como resultado del acuerdo, la asistente de educación quedó con la suspensión condicional del proceso, pero con varias medidas restrictivas. Según explicó el abogado Juan González, quien representó a los padres de los niños, la acusada debió fijar un domicilio y quedó con prohibición de acercarse a los menores y sus familias durante 3 años.
Además, en ese mismo período, la mujer no podrá trabajar en ninguna labor vinculada a menores, personas de la tercera edad o con algún grado de discapacidad. En caso de incumplir estas medidas, la causa se retomaría en el mismo estado que estaba antes de la audiencia.
Investigación y Despido
Tras este caso, el municipio realizó un sumario administrativo que derivó en la desvinculación de la entonces funcionaria de la escuela. Esto demuestra la gravedad de los hechos y la determinación de las autoridades para tomar medidas disciplinarias y legales ante este tipo de situaciones que ponen en riesgo el bienestar de los estudiantes.
El caso de Cochamó sirve como un recordatorio de la importancia de mantener altos estándares de cuidado y seguridad en los entornos educativos, y de la necesidad de actuar con firmeza cuando se presentan denuncias de maltrato o agresión hacia los niños.