Eran cerca de las 4 de la madrugada cuando los vecinos del callejón Santa Elena, en Pan de Azúcar, escucharon una serie de disparos. Si bien en esa zona rural es común oír este tipo de sonidos, provenientes de la caza de conejos o de agricultores que intentan disuadir a ladrones, esta vez los vecinos se percataron de algo más grave.
Al amanecer, encontraron un vehículo abandonado con el cuerpo sin vida de un hombre en su interior. Rápidamente, dieron aviso a Carabineros, quienes llegaron al lugar y acordonaron la zona bajo las órdenes del Ministerio Público. La Policía de Investigaciones (PDI) inició entonces las primeras diligencias para esclarecer los hechos.
Un Historial Delictivo Conocido
Según fuentes cercanas a Diario El Día, la víctima fue identificada como Mario Molina Romero, alias «El Maloso», de 33 años de edad. Este hombre, que tenía domicilios en La Herradura y Tierras Blancas, contaba con antecedentes por tráfico de drogas. De hecho, al momento de ser asesinado, se habría encontrado comercializando sustancias ilícitas.
Los disparos, realizados a corta distancia, le habrían provocado múltiples impactos de bala en el cráneo, el rostro, el tórax y la pelvis, causándole una muerte casi instantánea.
Vínculos con Menores de Edad
Pero la investigación reveló un aspecto aún más oscuro del pasado de «El Maloso»: era conocido como un proxeneta que mantenía relaciones cercanas con varias víctimas menores de edad. Incluso, estudiantes de un colegio de la zona, que conocían a este sujeto, habrían manifestado su pesar tras enterarse de su muerte.
Según la información recabada, «El Maloso» tenía un nexo económico con las adolescentes, a quienes, tras recogerlas del colegio, les pagaba sesiones de peluquería y estética, llegando incluso a depositarles dinero para este fin. Además, frecuentaba con ellas una conocida discoteca de la Avenida del Mar, donde en una ocasión habría disparado su arma.
Un Crimen que Destapa una Red de Actividades Ilegales
El asesinato de «El Maloso» en Pan de Azúcar no solo revela la violencia y el tráfico de drogas que azotan a esta zona rural, sino también la explotación de menores de edad que este individuo llevaba a cabo. Su oscuro pasado, ahora expuesto, deja al descubierto una red de actividades ilegales que involucran a los más vulnerables de la sociedad.
La investigación de la PDI continúa, con el objetivo de identificar a los autores de este crimen y desentrañar aún más los detalles de las actividades delictivas de «El Maloso». Sin duda, este caso sacude a la comunidad y pone en evidencia la urgente necesidad de abordar de manera integral los problemas de seguridad y protección de los menores en la región.