En un devastador ataque, cinco soldados israelíes perdieron la vida y otros dos resultaron gravemente heridos en el norte de la Franja de Gaza. Según la investigación inicial, los militares fueron alcanzados por un explosivo plantado junto a la carretera mientras avanzaban a pie en la zona de Beit Hanoun.
Los cuatro soldados fallecidos formaban parte del batallón Netzah Yehuda, de la brigada Kfir, que suele reclutar miembros de la comunidad del sionismo religioso, la ultraderecha israelí. Este grupo aboga por la expansión de los asentamientos israelíes en los territorios palestinos ocupados, y muchos de ellos viven en dichas colonias.
Hamás celebra el ataque, afirmando que este incidente demuestra su capacidad para llevar a cabo «complejas emboscadas» contra las fuerzas israelíes. El grupo islamista señaló que «la ilusión de liberar prisioneros (en referencia a los rehenes) por la fuerza se ha visto destrozada por sucesivos golpes».
Este trágico evento ocurre mientras el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se encuentra en Estados Unidos para discutir, entre otros asuntos, las negociaciones indirectas con Hamás sobre un posible acuerdo de alto el fuego y la liberación de rehenes en la Franja de Gaza. Desde Washington, Netanyahu envió un mensaje de condolencias a los familiares de los soldados fallecidos, asegurando que «su sacrificio y su heroísmo quedarán grabados en nuestros corazones para siempre».
Cabe destacar que desde el inicio de la ofensiva israelí contra Gaza, más de 400 soldados israelíes han muerto en los combates, según cifras oficiales. Por otro lado, las autoridades sanitarias del enclave palestino, gobernado por Hamás, informan que en la ofensiva han fallecido ya más de 57.500 palestinos, en su mayoría mujeres y menores de edad.
Este trágico incidente se produce en un momento de gran tensión y negociaciones delicadas entre Israel y Hamás, lo que sin duda tendrá un impacto significativo en el proceso de paz y en las relaciones entre ambas partes.