El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha declarado «gran desastre» en el condado de Kerr, Texas, tras las devastadoras inundaciones que han cobrado la vida de al menos 68 personas y dejado decenas de desaparecidos.
En un mensaje en su red social Truth Social, Trump afirmó que «las familias están viviendo una tragedia inimaginable» y aseguró que la Administración está trabajando estrechamente con los líderes estatales y locales para brindar los recursos necesarios a los «valientes servicios de emergencia».
Una respuesta coordinada y oraciones
Por su parte, el gobernador de Texas, Greg Abbott, destacó que «rezar funciona» y agradeció las oraciones de personas de todo el país y el mundo. Según Abbott, la palabra más repetida en las últimas 36 horas ha sido «rezar», incluyendo la de una niña que logró aferrarse a un árbol hasta ser rescatada por un helicóptero.
Abbott considera que estas oraciones podrían haber sido «el motivo de que las aguas dejaran de subir» y evitaran más daños. El gobernador ha pedido a los texanos que continúen rezando mientras se llevan a cabo las labores de búsqueda y rescate, y que oren por las familias que han perdido a seres queridos.
Esfuerzos de emergencia y rescate
Según las autoridades, se han confirmado 59 muertes en el condado de Kerr, además de otras 4 en el condado de Travis, 3 en Burnet y 1 en Kendall y Tom Greene, sumando un total de 68 fallecidos. Además, hay decenas de personas desaparecidas.
Trump destacó que los «increíbles guardacostas y los servicios de emergencia han salvado más de 850 vidas», demostrando la coordinación y el esfuerzo de los equipos de rescate en esta catástrofe.
La declaración de «gran desastre» por parte del presidente permitirá a las autoridades locales y estatales acceder a fondos y recursos federales para asistir a las comunidades afectadas y apoyar las labores de recuperación.