La farándula en Chile es un fenómeno que ha sobrevivido a los vaivenes del tiempo, manteniéndose como una fuente de fascinación y controversia para miles de personas. Desde escándalos amorosos hasta polémicas que han marcado la conciencia colectiva, este mundo del espectáculo sigue ejerciendo un poderoso atractivo, a pesar de ser a menudo tildado de «contenido basura».
Según la reconocida periodista de espectáculos Cecilia Gutiérrez, la sociedad chilena tiene una relación ambivalente con la farándula: «No creo que los chilenos seamos excepcionalmente más ‘copuchentos’, lo que pasa es que somos poco honestos en reconocerlo. Muchos dicen: ‘ah no lo veo, no me gusta’, pero al final del día, todos saben lo que pasa, todos la consumen de alguna u otra forma».
Y es que la farándula, con sus historias de famosos, futbolistas, actrices y políticos, representa un reflejo de la vida misma, pero con un toque de glamour y escándalo que parece satisfacer una necesidad inherente en la sociedad. Como explica Gutiérrez, «la farándula es el placer culpable porque representa la vida misma, pero con gente conocida».
El Resurgimiento de la Farándula
Tras el impacto del estallido social de 2019, que parecía haber relegado a la farándula a un segundo plano, esta ha logrado reinventarse y recuperar su lugar en la parrilla televisiva y las plataformas digitales. Según Gutiérrez, «el estallido sirvió para reinventarse, para contar lo que estaba pasando desde las redes sociales y las plataformas digitales».
Pero la relación entre la farándula y el poder político sigue presente, con casos como el de la diputada Maite Orsini y su vínculo con el futbolista Jorge «Mago» Valdivia, o el romance entre la influencer Pamela Díaz y el senador Felipe Kast. Estos lazos polémicos reflejan cómo la farándula se ha convertido en un espejo de la sociedad, donde la credibilidad y la confianza pública se ponen en juego.
¿Un Ciclo Sin Fin?
Para Cecilia Gutiérrez, el resurgimiento de la farándula en Chile es un efecto cíclico, donde la audiencia parece tener una necesidad inherente de este tipo de contenidos. «De nuevo ya estamos medios saturados de farándula por el exceso de competencia. En lo que tiene que ver con la televisión, yo creo que de aquí a fin de año se debería aclarar que va a pasar con los programas de este tipo. Si continúan creciendo o bajan un poco. Este efecto es cíclico».
Mientras tanto, la farándula sigue cautivando a miles de chilenos, quienes la consumen como una forma de desconexión y entretenimiento, a pesar de las críticas. Un placer culpable que, por ahora, parece estar lejos de desaparecer.