El Banco Central Europeo (BCE) ha dado a conocer sus últimas proyecciones sobre la inflación en la zona del euro, anticipando que esta se situará por debajo del objetivo del 2% de forma temporal. En respuesta, el organismo ha decidido bajar los tipos de interés de referencia en 25 puntos básicos, hasta el 2%, con el fin de asegurar que la inflación vuelva a su meta más allá de 2026.
Según las actas de la reunión del Consejo de Gobierno del BCE a comienzos de junio, casi todos los miembros apoyaron la decisión de reducir los tipos de interés. Esto se debe a que la institución considera que la inflación, si bien actualmente se encuentra en el objetivo, caerá por debajo del 2% durante «un periodo temporal» en 2026.
Buscando Estabilidad a Largo Plazo
Con este recorte de tipos, el BCE busca que la inflación retorne al objetivo del 2% en 2027 y que no se mantenga por debajo de ese nivel durante un periodo prolongado. Según las actas, la capacidad excedente en la fabricación manufacturera hace improbable que un crecimiento más rápido se traduzca en presiones inflacionistas inmediatas.
Sin embargo, algunos miembros del Consejo de Gobierno argumentaron que mantener los tipos de interés hubiera aumentado el riesgo de que la inflación se sitúe por debajo del 2% en 2026 y 2027. Estos miembros consideraron que el recorte dejaba las tasas en «un territorio ampliamente neutral», ni impulsando ni frenando el crecimiento económico.
Factores Volátiles y Presiones a Medio Plazo
Por otro lado, otros miembros del BCE se mostraron a favor de mantener los tipos de interés, argumentando que la inflación bajará del 2% debido a factores volátiles como unos precios de la energía más bajos y la fortaleza del euro, que pueden revertir fácilmente. Estos miembros también consideraron que era necesario evitar reaccionar excesivamente a la volatilidad en la inflación general, en un momento en que esta sigue siendo elevada y puede haber presiones al alza para la inflación subyacente a medio plazo, debido a los aranceles y a la política presupuestaria.
Además, algunos miembros del BCE creen que las propias proyecciones del organismo pueden subestimar las presiones inflacionistas a medio plazo, ya que la inflación de los servicios se mantiene por encima de niveles compatibles con la vuelta de la inflación al objetivo.
Incertidumbre y Resiliencia Económica
Otro factor que ha influido en la decisión del BCE es la excepcional incertidumbre relacionada con las tensiones comerciales, lo que ha reducido la confianza en las proyecciones. Por ello, algunos miembros consideran preferible esperar a ver cómo se desarrolla la guerra comercial antes de aplicar una política monetaria más expansiva.
Sin embargo, la probabilidad de una recesión se considera ahora bastante baja, y el mercado laboral se mantiene muy resiliente, con la tasa de desempleo en niveles históricamente bajos y el empleo en expansión. Por ello, algunos miembros del BCE consideran que no es apropiado aplicar una política monetaria expansiva en este momento.
En resumen, el BCE se enfrenta a un delicado equilibrio entre mantener la inflación cerca de su objetivo a largo plazo y evitar reaccionar en exceso a factores volátiles a corto plazo. La incertidumbre geopolítica y la fortaleza del mercado laboral son otros elementos clave que influyen en la toma de decisiones del organismo.