En un logro sin precedentes, un equipo de astrónomos chilenos, liderados por Rodrigo Herrera-Camus, director del Núcleo Milenio de Galaxias (MINGAL) y astrónomo de la Universidad de Concepción (UdeC), ha realizado el primer estudio a gran escala de las primeras galaxias del universo utilizando el poderoso Observatorio ALMA.
Este proyecto, conocido como CRISTAL, ha permitido a los investigadores observar galaxias que se formaron cuando el universo tenía apenas 1.000 millones de años, apenas un 7% de su edad actual. Gracias a la combinación de datos de ALMA, el telescopio espacial Hubble y el James Webb, los astrónomos han podido obtener una visión sin precedentes de la formación y evolución de estas estructuras cósmicas primigenias.
Revelando los Secretos de las Primeras Galaxias
Uno de los hallazgos clave del proyecto CRISTAL es que al menos la mitad de estas galaxias tempranas ya habían formado discos y estaban rotando, un proceso que antes era un misterio para los astrónomos. «Gracias a ALMA tenemos la respuesta. Sabemos que esto puede ser muy, muy, muy temprano en el universo», afirmó Herrera-Camus.
Además, los investigadores descubrieron que estas galaxias eran mucho más ricas en gas frío de lo que se pensaba, y que su morfología era más compleja debido a su juventud. También detectaron la presencia de vientos galácticos, con velocidades de más de un millón de kilómetros por hora, que esculpen y moldean la estructura de estas galaxias primigenias.
El Poder del Observatorio ALMA
El proyecto CRISTAL es el primer estudio liderado desde Chile en los 10 años de operación del Observatorio ALMA, y demuestra el poder de este instrumento para estudiar las primeras estructuras del universo. «ALMA es el único observatorio que nos puede permitir estudiar el gas y el polvo del que nacen estas estrellas», explicó Herrera-Camus.
Al poder hacer un «censo» de estas galaxias, los astrónomos han obtenido un nivel de detalle sin precedentes, lo que les ha permitido comprender mejor los procesos de formación y evolución de las primeras estructuras cósmicas. «Estamos muy orgullosos de este logro», concluyó el investigador.
Implicaciones Trascendentales
El estudio de estas galaxias primigenias tiene implicaciones fundamentales para la comprensión de la formación y evolución de la Vía Láctea y otras galaxias, así como para abrir nuevas vías de investigación en astronomía. «Poder observar estructuras tan antiguas sirve a los astrónomos para conocer mejor la formación de las galaxias, la naturaleza de la nuestra», explicó Herrera-Camus.
Este hito de la astronomía chilena y mundial demuestra el poder transformador del Observatorio ALMA y su capacidad para revelar los secretos más profundos del universo, incluso en sus etapas más tempranas.