Tras casi un año de relación, la pareja conformada por el comediante Diego Urrutia y la ex «Mekano» Carla Jara sorprendió a sus seguidores al anunciar su separación. Aunque inicialmente se atribuyó la decisión a la falta de tiempo debido a sus apretadas agendas laborales, Urrutia ha decidido romper el silencio y abordar el tema con madurez y sensatez.
En una entrevista con el programa «Qué te lo digo» de Zona Latina, el humorista aclaró que no ha dado declaraciones formales sobre la ruptura, sino que algunas de sus expresiones se han extraído de su rutina de stand-up, donde ha abordado el tema de manera humorística. «Lo que sacan los medios lo extraen de un show de stand-up, de un contexto de chistes; no es una declaración formal», explicó Urrutia.
Respeto y Buena Relación con Carla Jara
Lejos de generar conflictos o hablar mal de su expareja, Urrutia ha optado por mantener una actitud respetuosa y conciliadora. «No tengo ganas de enemistarme con Carla ni de hablar mal de ella. Respeto lo que tuvimos y me quedo con los bonitos momentos», afirmó el comediante.
Además, desmintió algunas especulaciones que han surgido en redes sociales y medios de comunicación, aclarando que no ha cobrado por dar entrevistas ni ha hecho declaraciones sobre supuestos detalles de la ruptura. «Yo no he dicho nada de nadie, no he dado entrevistas, y ya están diciendo que cobré por hablar. ¡Y no! No he ganado ni un peso, sigo haciendo el mismo trabajo de hace cinco años», puntualizó.
Madurez y Enfoque en lo Positivo
En lugar de alimentar rumores o generar polémica, Urrutia ha optado por mantener una actitud madura y enfocarse en los aspectos positivos de su relación con Carla Jara. «Lo que sacan de Instagram, las canciones, las supuestas indirectas… no sé, eso es como de cabro de quince años. Ya no estoy para indirectas. Comparto cosas con las que la gente se puede identificar», concluyó.
Esta actitud reflexiva y respetuosa del comediante demuestra su capacidad de afrontar los desafíos de la vida personal con madurez y sabiduría, evitando caer en la tentación de generar conflictos innecesarios.