La Dirección General de la Competencia, el Consumo y la Represión de Fraudes (DGCCRF) de Francia, un organismo del Ministerio francés de Economía, ha puesto en la mira a la filial francesa de Tesla por lo que considera «prácticas comerciales engañosas».
Según el comunicado del organismo, Tesla estaría exigiendo pagos a los consumidores antes de que finalice el periodo de desistimiento que tienen quienes financian su compra con una línea de crédito. Además, se señala que la compañía no estaría entregando recibos por los pagos parciales en efectivo.
Cuestionamientos a las afirmaciones sobre conducción autónoma
Pero las preocupaciones de la DGCCRF van más allá. El organismo también cuestiona las afirmaciones de Tesla sobre la supuesta «capacidad de conducción totalmente autónoma» de sus vehículos, considerándolas engañosas.
Para la DGCCRF, estas prácticas son «graves» y ha dado a Tesla un plazo de 4 meses para ajustarse a la legislación. De no hacerlo, la compañía podría enfrentarse a una multa de 50.000 euros por cada día de retraso.
Protección al consumidor como prioridad
Esta acción de la autoridad francesa de consumo refleja su compromiso por salvaguardar los derechos de los consumidores y asegurar que las empresas operen de manera transparente y responsable. Tesla deberá tomar medidas correctivas para evitar sanciones y mantener la confianza de sus clientes en el mercado francés.
La resolución de este caso será un hito importante en la continua evolución de las prácticas comerciales en la industria automotriz eléctrica, donde la transparencia y la protección al consumidor deben ser principios fundamentales.