En un giro inesperado en la política argentina, la familia de Ian Moche, un niño autista de 12 años y activista por los derechos de las personas con discapacidad, ha presentado una demanda judicial contra el Presidente Javier Milei por «discursos de odio». Este movimiento sin precedentes marca un antes y un después en la forma en que los líderes políticos se relacionan con los ciudadanos más vulnerables.
La denuncia se origina a raíz de un mensaje que Milei compartió en sus redes sociales a principios de junio, en el que reposteó una publicación que acusaba a Ian de ser «utilizado» políticamente. Según la familia, este conjunto de calificaciones «son falsas y configuran una clara forma de violencia simbólica, discursiva y digital que vulneran los derechos» del menor.
Un niño que se alza contra el Presidente
La madre de Ian, Marlene Spesso, confirmó que fue el propio niño quien decidió iniciar la demanda, después de leer la Constitución y la Convención Internacional de Derechos de los Niños. «Ian inicia la demanda. Es Ian contra el Presidente», afirmó Spesso.
La presentación judicial, de 34 páginas, describe la trayectoria de Ian como activista, sus diagnósticos de autismo y altas capacidades, y su labor de concienciación sobre neurodiversidad. Además, relata un encuentro con el director de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), en el que supuestamente se cuestionaron los beneficios sociales que recibe la familia.
Más allá de un mensaje en redes
Tras la publicación de Milei, se viralizaron datos personales del menor, incluyendo fotos de su casa y de su escuela. «Estamos viviendo un hostigamiento que parece irreal», denunció entonces Spesso.
La demanda argumenta que la conducta presidencial «viola el principio del interés superior del niño y el derecho a no ser objeto de ataques ilegales a la honra y reputación». Para la madre de Ian, «al Presidente nadie le dijo que con un pibe no. Y eso también es grave».
Un precedente histórico
Este caso marca un hito en la lucha por los derechos de las personas con discapacidad en Argentina. Por primera vez, un niño autista denuncia a un Presidente por «discursos de odio», desafiando los límites de la violencia institucional y sentando un precedente que podría tener un impacto duradero en la forma en que los líderes políticos se relacionan con los ciudadanos más vulnerables.
Mientras Milei aún no ha eliminado el tuit ni se ha pronunciado públicamente sobre el reclamo, la familia de Ian Moche continúa su batalla legal, con la esperanza de que este caso abra nuevos caminos hacia una sociedad más inclusiva y respetuosa de la dignidad de todas las personas.