En una temporada majestuosa, los Oklahoma City Thunder se han coronado campeones de la NBA tras vencer 103-91 a los Indiana Pacers en el séptimo juego de las Finales. Este triunfo histórico cierra un ciclo brillante para la franquicia, que conquistó su primer anillo en Oklahoma después de ganar el título de 1979 cuando competían como los Seattle SuperSonics.
Liderados por el MVP de las Finales Shai Gilgeous-Alexander, los Thunder demostraron por qué terminaron la temporada regular con el mejor récord de la liga (68-14). Su asfixiante defensa, que figura entre las mejores de la historia de la NBA, fue clave para neutralizar el estilo ultraofensivo de los Pacers, el asombroso equipo de las remontadas épicas.
La lesión de Haliburton, un duro golpe para Indiana
El partido tuvo un momento dramático en el primer cuarto, cuando Tyrese Haliburton, estrella de los Pacers, se lesionó en el gemelo derecho. Esta imagen sobrecogedora despedazó el sueño de un estado, Indiana, donde el baloncesto se venera como una religión.
Fieles a su espíritu de lucha, los Pacers resistieron sin Haliburton hasta el tercer cuarto, cuando los Thunder sacaron el martillo con un parcial de 34-20. Shai Gilgeous-Alexander lideró a Oklahoma con 29 puntos, 5 rebotes y 12 asistencias, mientras que Jalen Williams y Chet Holmgren aportaron 20 y 18 puntos respectivamente.
Una plantilla repleta de recursos y talento joven
El campeonato de los Thunder es el éxito de una plantilla repleta de recursos y escandalosamente joven. Más allá de su estrella Shai, jugadores como Jalen Williams, Chet Holmgren, Lu Dort, Isaiah Hartenstein, Alex Caruso y Aaron Wiggins fueron piezas clave en esta hazaña histórica.
Con una defensa asfixiante y un juego de equipo sobresaliente, los Thunder han demostrado que el futuro de la NBA está en manos de esta generación de jóvenes talentos. Este título es solo el comienzo de una era de dominio para Oklahoma City.
