La restauración de la Esperanza Macarena, una de las imágenes de la Virgen más veneradas en España, ha desatado una ola de controversia entre los fieles de la hermandad. La intervención, realizada por el prestigioso taller sevillano de Arquillo, buscaba solventar un problema con las pestañas de la imagen, pero terminó generando una profunda división entre los devotos.
Lágrimas y tensión en la basílica
Según fuentes cercanas a la hermandad, las quejas de los fieles llegaron hasta la misma basílica de la Macarena, en el barrio del mismo nombre en Sevilla. Allí se produjeron escenas de tensión y protesta, e incluso algunos devotos lloraron al ver el nuevo aspecto de la Virgen, cuya mirada parecía haber cambiado por completo.
Disculpas y nuevos arreglos
Ante la magnitud de las reacciones, la hermandad se vio obligada a cerrar el templo el pasado sábado, a la espera de realizar nuevos arreglos. En un comunicado, la hermandad ofreció disculpas a los hermanos y devotos, reconociendo que su «afán ha sido, es y será siempre preservar en las mejores condiciones posibles el mayor patrimonio que poseen los macarenos, sus Sagradas Imágenes Titulares, y en especial la Santísima Virgen de la Esperanza».
Divisiones entre los fieles
Tras la intervención de urgencia para corregir los cambios en la imagen, las reacciones de los devotos siguen divididas. Mientras algunos aseguran que «ahora sí es ella», otros creen que «esa no es su mirada de siempre». Esta situación ha provocado una reunión urgente de la junta directiva de la hermandad y una concentración de repulsa de hermanos.
Voces a favor y en contra
Una de las hermanas de la entidad, Ana Cardoso, afirma que ve la imagen «mejor y más parecida a ella, aunque le falta un poco de sonrisa», y cree que «se ha hecho un bulo demasiado grande, porque la madre de Dios sigue siendo ella». Por otro lado, otra devota, Carmen, dice que, una vez corregido el asunto de las pestañas, «ya es su cara», y que antes «no llegaba a trasmitir lo que ella transmite, pero ahora sí es mi Esperanza».
La Virgen de la Macarena sigue siendo un símbolo de devoción y esperanza para los fieles sevillanos, pero esta polémica intervención ha generado una profunda división entre quienes creen que se ha respetado la imagen original y quienes sienten que se ha perdido la esencia de la Virgen que tanto adoran.