Una ola de conmoción y dolor sacude a la capital siria de Damasco después de que un ataque terrorista perpetrado por un supuesto miembro del grupo Estado Islámico (EI) dejara al menos 20 muertos y 52 heridos en la Iglesia de Mar Elías durante una misa dominical.
Según informaron las autoridades, el ataque fue llevado a cabo por un atacante suicida que hizo detonar los explosivos que cargaba dentro del templo lleno de fieles. Las fuerzas de seguridad sirias rápidamente desplegaron efectivos en la zona y han iniciado una investigación para determinar la identidad del responsable.
Una tragedia que sacude los cimientos de la capital
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, que monitorea los ataques y violaciones de derechos en el país desde el inicio de la guerra en 2011, denunció que la iglesia «estaba llena de fieles en el momento de la explosión» y que este es el «primer ataque de este tipo en años en la capital siria«.
Asimismo, el Observatorio advirtió sobre la presencia de «células terroristas» en el sur de Damasco «que buscan socavar la paz civil a través de ataques en lugares sagrados y de culto para varias comunidades religiosas».
Esfuerzos por contener la amenaza terrorista
Las autoridades sirias han intensificado los operativos de seguridad en la capital en un intento por contener la amenaza de grupos extremistas que buscan desestabilizar la frágil calma que se vive en Damasco después de años de conflicto.
Expertos en seguridad señalan que, si bien los ataques terroristas se han vuelto menos frecuentes en la capital, la presencia de células durmientes del EI y otros grupos radicales sigue siendo un riesgo latente que las fuerzas de seguridad deben vigilar de cerca.
La tragedia de la Iglesia de Mar Elías es un doloroso recordatorio de que la amenaza terrorista aún acecha en Siria, y que se requieren esfuerzos sostenidos para garantizar la seguridad y la estabilidad en la capital y en todo el país.
