En una reveladora entrevista, el ex participante de reality show Luis Mateucci ha compartido detalles perturbadores sobre su experiencia trabajando con el periodista Andrés Caniulef. Según el relato de Mateucci, Caniulef ejerció un constante acoso y abuso de poder durante el tiempo que ambos coincidieron en el programa «SQP».
Acoso Diario y Comentarios Inapropiados
Mateucci explicó que Caniulef, quien en ese entonces se desempeñaba como conductor principal, comenzó a incomodarlo con su comportamiento. «Él tiene una forma de acosar a las personas, como lo hizo en el reality Palabra de Honor. Me decía: ‘Ay, dame un beso’, y yo pensaba, ‘flaco, si no me gustan los hombres, no tengo por qué darte un beso'», recordó el argentino.
Según Mateucci, los comentarios y miradas insistentes de Caniulef eran pan de cada día. «Me miraba y me decía: ‘¿Te gusto, no?’. Yo lo miraba sin saber qué responder, le decía ‘No’, y él insistía: ‘Sí, si te gusto, mirá cómo me mirás’. Todos los días así, y yo recién llegado», relató.
Impacto Emocional y Límites Ignorados
A pesar de que Mateucci intentaba poner límites, la actitud de Caniulef lo afectó profundamente. «Yo lo frenaba, pero también pensaba, ¿por qué tengo que aguantar esto todos los días? No, loco. Quedé marcado», concluyó el ex chico reality.
Esta reveladora experiencia pone de manifiesto la urgente necesidad de abordar los abusos de poder y el acoso en los entornos laborales, especialmente cuando involucran a figuras públicas. Todos los trabajadores merecen un ambiente seguro y respetuoso, libre de conductas inapropiadas que puedan dejar una huella tan profunda.
Lecciones Aprendidas y Cambio Necesario
El caso de Luis Mateucci y Andrés Caniulef debe servir como un llamado a la reflexión y a la acción. Las organizaciones deben implementar políticas claras y efectivas para prevenir y sancionar este tipo de comportamientos, y los líderes deben dar el ejemplo de un liderazgo ético y respetuoso.
Solo así podremos construir entornos laborales más sanos y equitativos, donde todos los trabajadores se sientan seguros y empoderados para denunciar abusos sin temor a represalias. Es hora de que la industria del entretenimiento y los medios de comunicación lideren este cambio.