En una reveladora entrevista, el animador Mario Velasco abrió su corazón y compartió los detalles de su breve pero intenso romance con la actriz Fran García Huidobro. Según relató, su decisión de terminar la relación estuvo fuertemente influenciada por las preocupaciones de un alto ejecutivo de Chilevisión, donde ambos trabajaban en ese entonces.
Velasco explicó que el ejecutivo le expresó su inquietud sobre el vínculo con García Huidobro, señalando que ella era una figura clave para el canal. Le advirtió que esa relación no podía ser tratada como cualquier otra, aludiendo a los vínculos anteriores de Velasco con compañeras de Yingo. La imagen de Fran era muy relevante para la estación televisiva, y cualquier paso en falso de Velasco podía tener consecuencias laborales. De hecho, el ejecutivo fue directo al decirle que, personalmente, lo que ocurriera con él no era relevante, pero que cualquier error podría costarle su trabajo.
Priorizar la Carrera sobre el Amor
Esta presión externa fue determinante para que Mario optara por finalizar la relación, priorizando la estabilidad de su carrera en ese momento. Cuando le comunicó su decisión a Fran García Huidobro, ella reaccionó muy mal. Le recriminó haber elegido su trabajo por sobre una relación personal, acusándolo de ser «poco hombre» por no defender lo que sentía.
Según Velasco, García Huidobro no entendió ni compartió sus razones en ese momento, lo que generó un distanciamiento emocional. Sin embargo, con el paso del tiempo, lograron reconstruir un vínculo positivo basado en el respeto mutuo. De hecho, la actriz le envió recientemente un saludo en el programa Only Fama, demostrando que hoy mantienen una buena relación de amistad.
Huellas Imborrables
Al cerrar el tema, Velasco dejó una frase nostálgica y cargada de afecto: «Hay ciertos besos que no se olvidan. Hay besos y besos. Hablo por ella, de sus besos». Con esto, dejó en claro que, aunque breve, su romance con García Huidobro dejó una huella significativa en su vida.
La historia de Mario Velasco y Fran García Huidobro es un recordatorio de que, a veces, las presiones laborales pueden pesar más que los sentimientos personales. Sin embargo, con el tiempo y la madurez, es posible reconstruir vínculos y encontrar un equilibrio entre la vida profesional y la vida privada.
